Con la designación de Omar García Harfuch quedó más que claro que es Claudia Sheinbaum la que decidirá los nombres de los candidatos a gobernadores y demás cargos de elección en 2024.

¿Cómo será ahora el poder de Sheinbaum dentro de Morena que pudo convencer a López Obrador de olvidar sus fobias hacia García Harfuch?

López Obrador no lo contemplaba ni siquiera para estar de adorno en las Mañaneras, como hacen otros políticos del gabinete, pese a que el jefe de la Policía de la CDMX ofrecía buenos resultados.

El Presidente no le perdona (o perdonaba) al virtual candidato a la jefatura de Gobierno de la capital del país, ser nieto del general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, y a quién se responsabilizó de la masacre de estudiantes en octubre de 1968.

Hijo de Javier García Paniagua, que también participó en la temida Dirección Federal de Seguridad (DFS), la policía secreta de los setenta, García Harfuch había sentido el frío presidencial no solo por su origen, sino por el delito de haber trabajado bajo las órdenes de Genaro García Luna.

Cuando ocurrió la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el preferido de Sheinbaum era el delegado de la PGR en Guerrero.

Aunque demostró que justo ese día no se encontraba en el estado, sino en Michoacán en un operativo, los mismos padres de los desaparecidos no han dejado de relacionarlo con el hecho.

Por esos antecedentes, que López Obrador consideraba puntos en contra, el exjefe policiaco de la CDMX no aparecía en la lista de aspirantes morenistas al gobierno de la capital.

Su suerte cambió cuando Sheinbaum fue favorecida por el dedo presidencial disfrazado de encuesta; López Obrador finalmente dobló las manitas (quién sabe a condición de qué) y ahora no tendrá rival dentro del partido para ganar la candidatura.

Hay que reconocer que García Harfuch es un buen, un gran candidato de Morena, pues tiene reconocimiento no solo dentro del partido guinda, sino incluso de la oposición.

Su virtual postulación hará que la oposición piense muy bien a quién postulará pues, por lo visto ayer en su conferencia de prensa, si “jala’’ entre la población.

Como sea, Sheinbaum exhibe fuerza y toma el control del proceso de selección de los candidatos morenistas.

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El último día de sesiones de la Cámara de Senadores será el 19 de diciembre y, por qué no, celebrar el fin de la legislatura con un pachangón.

Eso si, nada de corridos tumbados ni perreos, algo más tranquilo como el grupo Rebelde.

Quién sabe de qué méritos gozan los integrantes de ese grupo para ser llevados al Senado y recibir un “reconocimiento’’.

¿De qué o qué?

Como en el Monje Loco, nadie sabe, nadie supo, a menos que se trate de un premio de consolación promovido por Manuel Velasco, esposo de Anahí, integrante de la agrupación musical.

Bueno, cómo estará el asunto que hasta Miguel Ángel Mancera, se sumó a la campaña de promoción del evento.

Y para que no se diga que los senadores discriminan, los promotores del “reconocimiento’’ preparan una dinámica para que algunas docenas de seguidores de los rebeldes estén en las gradas del salón de sesiones presenciando el momento solemne.

¡Cómo si no hubiera temas realmente importantes por resolver!