En Europa, tan solo en 2022 se produjeron casi 240,000 muertes prematuras relacionadas con las partículas finas, según un informe reciente de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Por lo mismo, la nueva directiva sobre la calidad del aire de la Unión Europea (UE), que entró en vigor el 10 de diciembre pasado, representa un momento crucial en la lucha del bloque contra la contaminación.
La legislación actualizada introduce límites más estrictos para 12 contaminantes, en línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y busca reducir en 55% las muertes relacionadas con las particulas finas para 2030 en comparación con los niveles de 2005.
Esta decisión se produce tras años de mejoras graduales, en los que las muertes por exposición a las particulas finas se han reducido en un 45% entre 2005 y 2022. No obstante, la contaminación atmosférica sigue siendo el riesgo medioambiental más grave para la salud de los europeos.
La Comisaria Europea de Medio Ambiente de la UE, la sueca Jessika Roswall, elogió la nueva directiva como un paso crucial para lograr la ambición de "contaminación cero" de la UE. "Cada año, el aire contaminado (...) cuesta a la economía de la UE hasta 850 mil millones de euros. Las nuevas normas de calidad del aire aprobadas hoy mejorarán la calidad de vida de millones de europeos y protegerán aún más nuestra biodiversidad y nuestros ecosistemas”, enfatizó la funcionaria.
En términos de contaminación, Europa del Este soporta la carga más pesada. Países como Macedonia del Norte, Polonia y Serbia soportan niveles de contaminación hasta seis veces superiores a las directrices de la OMS. Mientras tanto, centros urbanos de Europa occidental, incluidas regiones de Italia y Alemania, también están lidiando con altas concentraciones de partículas.
Los expertos advierten que el tiempo se agota. Las investigaciones vinculan la contaminación del aire con una amplia gama de problemas de salud, desde enfermedades respiratorias y cardiovasculares hasta problemas de salud mental y reducción de la función cognitiva. Las comunidades vulnerables, a menudo excluidas del acceso a recursos de protección como los purificadores de aire, corren un mayor riesgo.
A nivel mundial, se observan tendencias similares. En Estados Unidos, los incendios forestales y las olas de calor exacerbadas por el cambio climático, particularmente desde 2010, ponen en riesgo décadas de avances en la mejora de la calidad del aire. Las proyecciones indican que más de 125 millones de estadounidenses estarán expuestos a aire insalubre para el año 2054.