Perplejos se quedaron los observadores políticos cuando escucharon a Agustín Basave decir que el Partido de la Revolución Democrática no está muerto, aunque muchos “profetas del desahucio” le hayan extendido su acta de defunción y varios “forenses de la política le hayan practicado la autopsia en vida”. Aquí está, anunció, con todos sus signos vitales presentes.
Lo que pasa, podría responder Andrés Manuel López Obrador, es que el PRD se encuentra “in artículo mortis” y no lo quieren reconocer; buscan desesperadamente alianzas con quien les pueda dar respiración de boca a boca para ver la luz después del próximo 5 de junio. Y esperar el milagro de llegar a 2018, aunque sea manco, tullido, cuadripléjico, podría agregar el tabasqueño.
El Partido de la Revolución Democrática es producto de múltiples maternidades, les recordó Basave a todos aquellos que dicen ahora que nunca tuvo madre, sólo padre. Y explicó lo de las múltiples maternidades: varias izquierdas que convergen y divergen en una unidad cotidianamente amenazada por la ruptura. Al partido hay que abrazarlo, sugirió, con la fuerza de la convicción, del compromiso y con la pasión del amor esquivo para que no se quiebre. ¡Gracias, mamá! Exclamaron los malosos.
Y como suele ocurrirles a quienes se encuentran “in artículo mortis”, Basave empezó a desvariar cuando dijo que a un mes de las elecciones del 5 de junio, el PRD es competitivo en la mitad de los estados donde estarán en juego gubernaturas… hay, quizá, un par de entidades en donde tendremos que pelear nuestros registros locales, pero en otras tantas podemos dar la sorpresa con votaciones más altas de lo esperado. Los perplejos nada más “pelaron los ojos”.
No podía faltar en el discurso de Basave el tono melodramático: el PRD es como un joven de 27 años, cuyos devaneos y desórdenes despiertan nuestra desesperación y reclaman nuestra atención y guía. Nos enervan sus frecuentes pleitos, su permanente crispación, su aparente incapacidad de alcanzar la paz interior. Nos irrita verlo desviarse y corromperse. Dudo que haya un perredista que no tenga por momentos ganas de abofetear al partido. Pero con todos sus vicios, es nuestro. Y por eso, porque lo queremos, apreciamos sus cualidades, esas virtudes que otros no ven.
¡Pues es que los observadores políticos objetivos e imparciales no son psicoanalistas, Agustín! Responde el columnista.
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Finalmente al campo poblano se le abrirán las puertas para desarrollar su potencial, incidir en el desarrollo regional y reducir la pobreza en el estado. Para cumplir este sueño, los directivos del Consejo Agropecuario Poblano (Ceagro), le arrancaron al secretario de Agricultura, José Calzada, su compromiso de trabajar por la tecnificación y dotarlo de asistencia técnica para incrementar la productividad y el desarrollo a largo plazo. El Ceagro, que dirige Ignacio Menéndez, se reunió, además, con el director de Aserca, Alejandro Vázquez Salido, con quien acordó establecer estrategias para la reconversión productiva, a través del esquema de agricultura por contrato que garantiza al productor la venta de su cosecha y a los agroindustriales, contar con materia prima.