El presidente Enrique Peña Nieto llamó a los integrantes de los organismos agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial a “jugar en equipo”. Ustedes son los jugadores que necesita el país para competir, crecer y triunfar”, les dijo. Sin embargo, el dirigente de los “cupuleros”, Gerardo Gutiérrez Candiani, prácticamente le reclamó al primer mandatario que el equipo hacendario no los toma en cuenta para los juegos importantes, que los tiene en la banca y, cuando alguna vez saltan a la cancha, no les prestan el balón. ¡Así no se puede señor presidente! Le quiso decir Candiani.

 

Y medio indignado por esta situación que lleva varios meses -desde que se empezó a “cocinar” la reforma hacendaria-, el representante del sector empresarial empezó a contarle sus cuitas al primer mandatario, pretendiendo con ello hacerle ver que en materia económica no todo lo que le dicen es verdad, o son verdades a medias. Y se “descosió” Gutiérrez diciendo:

 

“En materia económica es crucial acelerar el crecimiento con la planta productiva trabajando a toda su capacidad. México necesita mejores indicadores en el corto plazo; debemos evitar que la insatisfacción o el desaliento afecten el enorme potencial que tenemos para crecer en el mediano y largo plazo.

 

Sumemos esfuerzos y seamos más proactivos en una estrategia complementaria en reactivación (nada de individualidades, dirán algunos), que nos inyecte dinamismo al mercado interno en lo inmediato y nos ayude a generar los niveles de crecimiento sostenido que necesitamos, superiores al 5%…” O sea, menos palabras y más acciones. Y siguió con las críticas, las recomendaciones, los lamentos: “En materia del gasto público existen avances muy importantes, pero hay que hacer un gran esfuerzo para hacerlo mucho más eficiente, ágil y transparente…” ¡Tómenla funcionarios de Hacienda! Mascullaron algunos de los asistentes a la asamblea del CCE.

 

Y ya completamente desatado, Gutiérrez señaló: “México necesita mantener una obsesión activa por el crecimiento económico, transformando lo que sea necesario y corregir todo aquello que no funcione. En el sector empresarial hemos sostenido nuestro desacuerdo sobre varios aspectos del marco fiscal vigente que consideramos no aporta, no ayuda para conseguir un mayor dinamismo en el mercado interno…” ¡A ca…! Exclamaron los espectadores.

 

Inspirado en el tema, hizo un llamado para que respetando el Acuerdo de Estabilidad Fiscal (firmado el 27 de febrero pasado, en el cual el Gobierno Federal prometió no modificar la legislación tributaria en lo que resta del sexenio) se trabaje en equipo en un Comité para la Competitividad Fiscal, entre el Gobierno de la República, el Congreso de la Unión y el sector productivo.

 

El objetivo, dijo, es unir esfuerzos para impulsar una Reforma Hacendaria integral en el futuro, que nos permita tener un régimen tributario y de gasto público más eficiente, equitativo y justo, que promueva unas finanzas públicas realmente sólidas y sustentables, y que al mismo tiempo sea un potente promotor de la inversión, el crecimiento, el empleo y la formalización económica, abundó. O sea que la reforma hacendaria que propuso el Ejecutivo, aprobó el Legislativo y está vigente ¿Es una vacilada? Preguntan los analistas financieros bisoños.

 

Miren señores y señoras, “reformar las leyes es indispensable, pero insuficiente. Hay que reformar la voluntad y la capacidad para cumplirlas” Aclaró el dirigente de los “cupuleros”. ¡Vuélvanla a tomar integrantes del equipo hacendario!

 

Bueno, también hay que decir que el dirigente del CCE se refirió a otros temas, como el de la seguridad en donde los empresarios ven signos de esperanza con zonas y ciudades que están superando la trágica situación que vivieron hasta hace poco. “Sin embargo, otras señales nos preocupan, en particular la incidencia de delitos como la extorsión y los robos a personas y a empresas. El sector privado tiene que ser más responsable y proactivo como coadyuvante en el expediente más delicado que tiene el país. Los mexicanos también piden resultados contundentes y prontos”, exigió.

 

El abanderado de los “cupuleros” remató su discurso con el tema del combate a la corrupción, del que dijo: “Tiene que ser la bandera del México nuevo; resignarnos al mito de que es algo con lo que simplemente hay que aprender a vivir, es condenar a México al atraso. Hay que pasar de los escándalos (como el de Ocaonografía, acota el columnista) a las sanciones; de una indignación nacional frente al abuso, el fraude y la impunidad, a una gran movilización por la renovación de la vida pública. Éste es el tema, el gran tema pendiente, prioridad estratégica de la sociedad, de las empresas y del gobierno. La corrupción debe abordarse como un asunto de seguridad nacional”.

 

¿O sea que el sector empresarial siente que en el combate a la corrupción nada más nos están “dando atole con el dedo”? ¡Eso lo sentimos todos! Podría responder la sociedad entera.

 

 

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