De nada sirven los discursos de Enrique Ochoa Reza.
Ni son incendiarios ni los respaldan los hechos.
Si sus pronunciamientos contra la corrupción son verdad, debe promover ya reformas constitucionales “para retirar la inimputabilidad para el Presidente de la República” y “la revocación de mandato ante causas graves”.
Y si busca cuentas claras, es su obligación primaria “transparentar el manejo de los recursos de su Comité Ejecutivo y de los comités estatales mediante la rendición obligatoria de informes públicos a la militancia sobre el destino de los recursos por prerrogativas y cuotas”.
No son opiniones personales o tomadas al azar de militantes inconformes del PRI.
Están contenidas en una carta entregada ayer por decenas y decenas de militantes destacados, ex gobernadores, ex senadores, ex diputados, altos ex funcionarios federales o con posiciones importantes en varios lugares de la República.
Y si Ochoa Reza no les cree, va su advertencia:
“Sin estas reformas, la ciudadanía no puede otorgar credibilidad al discurso de combate a la corrupción y a la impunidad”.
¿Y la reforma del partido, apá?
Todos ellos fustigan el inmovilismo del Comité nacional priista y de su presidente Enrique Ochoa Reza.
Por ello lo urgen a “aprovechar la coyuntura en la que se encuentra el PRI para sacudir a las bases y no sólo a las cúpulas”.
Ya debiera estar en marcha la movilización y preparación de “nuestros militantes para los procesos electorales que se avecinan en 2017, pero, sobre todo, para la elección de 2018”.
Y como Ochoa Reza fue enviado de Los Pinos con un discurso de cambio, le exigen iniciar, “a partir de hoy”, uno “amplio y profundo sobre la vida interna de nuestro querido partido”.
El espacio democrático es una Asamblea, la XXII, y hasta le ponen como fecha octubre, convocarla ya y organizarla con amplias discusiones del nuevo PRI desde los seccionales hasta los comités distritales, municipales, estatales y, por supuesto, nacional.
Temen otro candidato impuesto
La carta es larga.
En ella demandan consultas a la base para ocupar cargos importantes –de las cuales jamás hubiera salido el mismísimo Enrique Ochoa Reza- “para definir la selección de candidaturas a cargos de elección popular y de dirigencia”.
Ya con vuelo, los firmantes reclaman establecer “requisitos para ser candidato a gobernador o Presidente de la República, que deberán ser cuadros del partido que hayan ganado una elección de mayoría relativa, ya que sólo el escrutinio de las urnas legitima a un miembro distinguido”.
Insisten en no dar cargos partidistas a diputados y senadores, cumplir la promesa de Enrique Peña Nieto de reducir en cien las diputaciones federales y recuperar “la corriente socialdemócrata de los partidos contemporáneos”.
La carta está firmada por más de 60 priistas distinguidos: Ulises Ruiz, Roberto Pedraza, Alberto Jiménez, Silvio Lagos, Margarita Liborio, Blanca Estela Jiménez…
El texto se armó a las prisas y sigue la recolección de firmas.
