El Pentágono evalúa una reconfiguración de sus fuerzas desplegadas en Europa, lo que ha encendido señales de alerta tanto en Washington como en las capitales europeas. Entre las opciones está la retirada de hasta 10 mil efectivos estacionados en países del flanco oriental de la OTAN, como Polonia y Rumanía. La propuesta, aún en deliberación, forma parte de una revisión estratégica impulsada por la administración Trump, centrada en reasignar recursos hacia el Indo-Pacífico y reducir compromisos con aliados tradicionales.
En el centro del debate está la disyuntiva entre mantener la postura de fuerza adoptada tras la invasión rusa a Ucrania en 2022 —que implicó el envío de 20 mil tropas estadounidenses adicionales a Europa— o comenzar una reducción. El general Christopher Cavoli, comandante supremo aliado de la OTAN y jefe del Comando Europeo de EU, fue claro ante el Congreso: “Mi consejo ha sido siempre mantener esa presencia”, advirtió, señalando que retirarse podría socavar la capacidad de disuasión frente a Moscú.
Una muestra de esta transición ya se está ejecutando en Jasionka, Polonia, un centro neurálgico por donde ha transitado casi toda la ayuda militar occidental a Ucrania. Las funciones estadounidenses en esa base están siendo asumidas por fuerzas europeas, como las de Alemania, Noruega y el Reino Unido.
Desde Bruselas hasta Varsovia, el discurso de la Casa Blanca ha generado inquietud. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, declaró recientemente que EU no puede seguir siendo el garante de la seguridad europea, y sugirió que los países del continente deben asumir mayores responsabilidades.
En tanto, el Capitolio no encuentra consenso. Demócratas han criticado la posible retirada, pero también legisladores del partido de Trump. “Sería un error garrafal”, sentenció el representante republicano Don Bacon, mientras que Mike Rogers, también republicano y presidente del Comité de Servicios Armados, acusó al Pentágono de actuar sin visión estratégica al plantear una reducción de tropas en Europa.
A la par, informes de inteligencia europeos advierten que, si el conflicto en Ucrania termina en una “tregua congelada”, Rusia podría estar en posición de lanzar una ofensiva mayor contra Europa del Este en menos de un lustro.
Mientras Trump cuestiona los fundamentos de la alianza transatlántica, algunos argumentan que la situación podría obligar a Europa a asumir la plena responsabilidad de su propia protección. Aunque el costo de averiguarlo podría ser enorme.
