About Time (Dir. Richard Curtis)

 

En primera instancia, el tercer (y al parecer último) largometraje de Richard Curtis como director, About Time (Cuestión de tiempo, 2013), pareciera un remake -pasado por filtro hipster- de aquella pequeña joya llamada Groundhog Day (Ramis, 1993), en donde un sufrido Bill Murray, por azares del mágico destino, despertaba todos los días en el mismo día y en la misma fecha dentro del aburridísimo pueblo de Punxsutawney, Pensilvania,  convirtiéndose así en una especie de viajero en el tiempo atrapado en un ciclo infinito hacia el pasado.

 

Algo similar le sucede al protagonista de esta cinta, el joven y atolondrado Tim (Domhnall Gleeson, en su primer protagónico), quien en su cumpleaños 21 le es revelado, en voz de su extrovertido padre (Bill Nighy), un gran secreto que su familia guarda celosamente, pero que se mantiene generación tras generación: todos los varones de la familia tienen el poder de viajar al pasado.

 

El truco es fácil de ejecutar, lo único que hay que hacer es meterse en un lugar obscuro (un armario es ideal), cerrar los ojos, pensar en un momento del pasado al que se desee regresar, cerrar los puños fuertemente y listo, el milagro estará hecho.

 

¿Qué hace un joven inglés, torpe y algo desgarbado con un poder de este tipo?, pues claro, conseguir una chica. Así, tal y como lo hiciera el personaje de Bill Murray en aquel filme de los años ochenta, Tim aprovechará esta particular habilidad para "corregir" cada que una estrategia de ligue no le sale, hasta obtener la cita perfecta.

 

La cosa se pone interesante cuando -fórmula obliga- Tim encuentra a la "mujer de sus sueños", la joven norteamericana Mary (Rachel McAdams) a quién se propondrá conquistar a como de lugar.

 

Habría que aceptar que el tono y las variaciones de la trama alejan lo suficiente a esta película de la ya citada comedia dirigida por Harold Ramis; desafortunadamente el puerto de destino de esta cinta tampoco resulta del todo atractivo, toda vez que la comedia va cediendo poco a poco a un mensaje cursi y moralino, con la misma profundidad y trascendencia que un horóscopo o una galleta de la fortuna.

 

La primera hora de About Time es definitivamente la mejor, una comedia romántica en el mejor tono de Curtis, con gags bien ejecutados, buen ritmo y sobre todo la presencia cómica, frágil, divertida de un Domhnall Gleeson que, por momentos, nos recuerda a nuestra torpe adolescencia; amén de la siempre guapa y dulce Rachel McAdams, con años de experiencia en esto de las chick-flicks.

 

Pero luego de pasada la primera hora, pareciera que algo le falta a esta cinta; ese algo es: conflicto. Y es que en realidad todo le sale bien a Tim, al grado que su capacidad de viajar al pasado se vuelve en el McGuffin de una historia cuyo verdadero objetivo es dar un mensaje de vida: cuando se es feliz, resulta intrascendente poder viajar en el tiempo puesto que todo lo que necesitas está ahí.

 

¿Que es ese todo?, para Curtis, aquel todo se limita a hijos y familia, únicas fuentes de felicidad dentro de su universo clasemediero de seres felices con sonrisas perfectas.

 

No es que tenga yo nada en contra de la familia como institución, ni tampoco en contra de las películas cursis (me parece mucho más lograda su meloso homenaje a lo inglés desplegado en fórmula romántica en la muy disfrutable Love Actually); el problema es que, parafraseando un clásico, si quieres mandar un mensaje, mejor usa el telégrafo.

 

About Time (Dir. Richard Curtis)

2 de 5 estrellas.

 

Mantente informado de las noticias más relevantes en México y a nivel internacional en tiempo real. Información de política, Gobierno, Mundo, economía, negocios, deportes, espectáculos y más. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *