El viernes pasado, durante la fiesta de aniversario del PRI, acudió la plana mayor del tricolor, entre la que se encontraban algunos secretarios de Estado y funcionarios de primer nivel. Alguien que estuvo ahí y que se movió con muy bajo perfil fue el ex titular de Pemex, Emilio Lozoya. Para varios asistentes, entre ellos gobernadores, esto es una señal de que don Emilio no anda tan muerto políticamente como algunos piensan, por lo que creen que pronto estará de regreso con algún cargo de gobierno. ¿Será?
Focos amarillos
De las 12 gubernaturas que estarán en juego este año, el PRI tiene focos amarillos en Puebla, Aguascalientes, Tlaxcala, Durango y Veracruz, prácticamente en la mitad. Antes de la elección de candidatos, en el cuarto de guerra del tricolor eran más optimistas en algunos estados como Veracruz; sin embargo los procesos internos dejaron muchas heridas y quién sabe si les alcance el tiempo para sanarlas y mantener los gobiernos estatales. Donde ven que podrían recuperarse es en Oaxaca. ¿Será?
Todos tienen cola…
En tremendo dilema se encuentra la Comisión Jurisdiccional de San Lázaro porque pasan y pasan los meses y nadie ha tomado la iniciativa de instalar la Subcomisión de Examen Previo para procesar las decenas de solicitudes de desafuero que existen. Al PAN se le queman las habas por deshacerse de la chapodiputada y, ahí como no queriendo la cosa, buscaría aprovechar el viaje para revivir algunos casos e impulsar otros como el del gobernador de Veracruz, Javier Duarte. Habría que ver quién será el valiente que dé el primer paso, porque ningún partido se salva. ¿Será?
¿Quién habrá pagado la fiestecita?
A quien le va muy bien es a María Teresa Ramírez Mejía, quien trabajó con el ex delegado de Iztapalapa, Jesús Valencia (sí el que chocó una camioneta de lujo que le prestaba un empresario que ganó contratos con su administración). Pues resulta que doña María Teresa se casó con el diputado Carlos Alfonso Candelaria, coordinador del PES en la ALDF, y realizaron una fiesta de no menos de un millón 560 mil pesos. Por lo visto, a algunos servidores públicos no les afecta la austeridad. ¿Será?