Adrián Trejo

La presidenta Claudia Sheinbaum debió tener un motivo muy poderoso para negarse a revelar ayer las represalias arancelarias a Estados Unidos a costa de su credibilidad.

Y es que no cayó nada bien entre el pueblo bueno y sabio que la presidenta convocara a una “reunión informativa’’ ¡hasta el domingo próximo! para presentar las acciones que su gobierno tomará a fin de enfrentar los aranceles del 25% impuestos por Trump a las exportaciones nacionales.

El lunes, Sheinbaum había declarado que había “plan A, B, C, D’’, para combatir los aranceles y ayer, cuando se esperaba el anunció de su gobierno sobre dichos planes, la nota fue la convocatoria al Zócalo.

Pareciera, de entrada, que el gobierno mexicano seguía aferrado al rosario para que Trump no cumpliera su amenaza, antes que tener perfectamente claras las medidas de represalia.

Ni siquiera el mes de gracia que concedió el presidente estadounidense fue tiempo suficiente para que el gobierno armara su estrategia en defensa de la economía nacional y sus cadenas productivas.

¿Por qué Sheinbaum corrió el riesgo de verse tibia ante el embate de Trump cuando, a diferencia de México, Canadá y China reaccionaron inmediatamente con la imposición de aranceles recíprocos?

Públicamente no se conoce si existen aún negociaciones entre ambos gobiernos, pero ayer mismo el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnik, anunció que Donald Trump podría anunciar hoy modificaciones a los aranceles impuestos a México y Canadá.

En entrevista con Fox Business, Lutnick reveló que Trump podría “llegar a un acuerdo con ellos (México y Canadá); no será una pausa, nada de eso, pero creo que encontrará una solución: ustedes hacen más y yo los encuentro a mitad de camino de alguna manera, y probablemente lo anunciemos mañana", dijo.

No está mal que México tome su tiempo para una respuesta contundente, con las herramientas económicas y políticas que tenga a la mano, siempre y cuando se trate de medidas reales y medibles.

Quizá por ahí se esté explorando la posibilidad de que México establezca aranceles selectivos para no afectar más a nuestra economía, lo que sí requeriría de un plazo mayor para su estudio.

Sheinbaum está frente a la primera gran crisis económica, pese a que a diario pondere la fortaleza de nuestra economía, el monto de las reservas internacionales y una inflación más o menos controlada.

El daño que causaría la aplicación prolongada o incluso indefinida de estos aranceles a nuestra economía, sumiría al país en una crisis que está generación de cristal ni siquiera se imagina.

A esperar…con el rosario en la mano.

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El PRI conmemoró ayer 96 años de su fundación, en un escenario complicado pero que le ofrece una oportunidad inmejorable para recuperar parte del electorado perdido a lo largo de los años.

Desde hace meses, la dirigencia que encabeza Alejandro Moreno ha cambiado la estrategia o mejor dicho, recupera la que por mucho tiempo les dio el poder: salir a las calles.

No ha sido un trabajo fácil, pues ningún partido puede competirle en recursos a Morena, que con los programas sociales ha comprado una clientela electoral casi monolítica…hasta que comienza a protestar por la falta de medicamentos, la inseguridad y otros problemas que no se resolverán en un sexenio.

La apuesta de Moreno es de resultados a mediano y largo plazo, desde luego, y tendrá su primera aduana en las elecciones de junio en Durango y Veracruz, entidades en las que competirá solo.

Desde luego que el tricolor no está en su mejor momento, pero tampoco está muerto, como muchos lo quisieran.

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