La fe del Doctor Patán en el Presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos es, conocidamente, a prueba de balas. Vaya, que no hay proeza de la que no lo crea capaz. Así y todo, lo del mejor sistema de salud del mundo, tengo que confesarlo, sí llegó a hacerme dudar, cierto que por momentos muy breves y muy vaporosos.

Espero que me entiendan, ¿cinco años de transformación y todavía no aparece por las clínicas no digamos ya un oncológico, sino una aspirinita o un frasquito de merthiolate rescatado de una bodega de los 80? Mmm. Luego, tampoco ayudan mucho el doctor Gatell; los 750 mil muertos por el Covid-19; Patria, esa vacuna tan impuntual; los ventiladores de Conacyt (o cyth, o cyht o chyt), que, repito, la verdad solo sirven para inflar globos de fiesta; en general la participación de Elenita Álvarez-Buylla (seamos autocríticos, doctora: no basta con lo del elote sano y natural: hay que echarle ganitas), y lo de la rifa del avión para financiar clínicas.

Ah, y los 20 millones que perdieron acceso al sistema de salud. Bueno, y el desabasto de medicinas. Y el de vacunas. En fin, no importa. Nuestro Presidente, de nuevo, respondió de manera categórica al desafío. ¿Cómo? Primero, con su talento para lo monumental. Enseguida, con su talento, compatible con el otro, para el matiz. El hilado fino. La puntualización.

Lo monumental es la farmación que se viene pero ya y con todas las medicinas del mundo. Sí: to-das. Hasta merthiolate.

El hilado fino es lo que dijo hace un par de días. Lo del mejor sistema del mundo tiene sus cositas. O sea, va a ser el mejor, salvo tal vez algunos en Asia. Eso nos explicó nuestro Presidente, con humildad. Luego, no va a ser el mejor tanto en términos de calidad como cuantitativamente. No queda claro cómo va a estar eso, pero, supone su doctor de cabecera, esos 20 millones que tienen que ir a la farmacia de la esquina desde que llegó a bendecirlos la cuarta transformación, y seguro unos cuantos más, ahora sí, a las de ya, van a ser atendidos gratuitamente, porque va a haber acceso universal a la medicina, pero, mientras cuaja el farmación y vuelven a arrancar los elevadores del IMSS, van a ser atendidos con un tecito de gordolobo, una limpia, una operación con las manos o un sacrificio ritual. Ah, y vaporrú.

O sea, para evitar equívocos, vamos a tener un sistema de salud nivel Dinamarca, pero como si a Dinamarca la hubiera gobernado Cuitláhuac García durante un sexenio.

Sigan al Doctor Patán para una vida libre de decepciones.

 

       @juliopatan09