El embajador Eugenio Anguiano Roch no cabía de gusto: “Está saliendo muy bien la visita, van muy bien las cosas…”, apuntaba con una sonrisa en el rostro, al término de la sesión solemne en honor del mandatario chino, Xi Jinping.
“¿Y sabes? -agregaba el dos veces representante de México ante la República Popular China (1972-1976 y 1982-1987)- me gustó el discurso del diputado (Ricardo Anaya). Y Xi, del corte que ya le conocemos, sobrio, con referencias históricas amplias”.
-Muy diferente al de su visita anterior-, comentamos.
-Claro, cuando habló de que China no exportaba revoluciones…; es que (en esa ocasión) lo maltrataron mucho -recordaba el diplomático-. Por eso ahora la inducción clara es “reconstruir la relación política”.
-¿Y en lo comercial?
-En lo comercial siempre habrá diferencias, pero las diferencias que hay se minimizan…, no era el momento de seguir con la polarización. Sólo tengo una duda -señalaría Anguiano-: si tendremos la capacidad institucional de montar en México una política mejor coordinada.
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NI UNA FOTO BUENA DE SALINAS.- Bullía el Senado de invitados. La comitiva china recorría la exposición fotográfica montada por la agencia de noticias Xinhua, en la que se mostraban distintos momentos de la relación entre los dos países, y se les unían legisladores mexicanos.
El diputado Heriberto Galindo -ex embajador de México en Cuba-, reparaba en un detalle: no había una sola fotografía del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Y en cambio sí aparecían los mandatarios desde Luis Echeverría (en cuyo gobierno se establecieron las relaciones diplomáticas con China), hasta el actual, Enrique Peña Nieto.
El senador Teófilo Torres Corzo (presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico) preguntó a qué se debía la ausencia de Salinas y le explicaron que en Xinhua no habían encontrado “una buena foto”. Y como se había montado con prisas, en tan sólo dos semanas, no hubo tiempo de conseguir una, y porque además tenían que ser autorizadas en su país y luego aquí. En fin, que “no hubo mala intención”.
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COMIDILLA DE LA CENA DE ESTADO.- Estas son observaciones de algunos de los asistentes a la cena de Estado que ofreció Peña Nieto a Xi Jinping el martes por la noche. Las pescamos en los corredores del Senado:
-Mesa 1: Carlos Slim, sonriente. Mesa 2: Ricardo Salinas Pliego, sin sonreír.
-Paseándose por todas las mesas, Gabriela Cuevas (senadora panista, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores). Se siente canciller.
-José Antonio Meade (secretario de Relaciones Exteriores), muy discreto, sin perder su sonrisa.
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EXPLICACIONES DE FOX.- Estaba Vicente Fox ayer en una charla con estudiantes de prepa en el Centro Fox, cuando les soltó: "Dirán, ¿cuánta lana se habrá robado este cuate para construir todo esto?, pues no nos robamos ni un solo centavo, todo esto que ven aquí son más de 25 millones de dólares, 300 millones de pesos"
¿Y cómo los consiguió? Pues según les dijo, fueron donaciones: "Convencí a los nueve hermanos que donaran estas cinco hectáreas de esta construcción en la que estamos y la donaron; conseguí que los nueve hermanos donaran la casa familiar y a mis hermanas les costó muchísimo trabajo desprenderse de la casa familiar, donde están todos los recuerdos, todas las emociones y hoy aquí está, la casa familiar es un lugar público y es un lugar en el que cada peso que entra ahí (en el restaurante) viene para patrocinar esto".
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GEMAS: Otro regalito de Vicente Fox: “Cuando terminamos la Presidencia no teníamos ni un centavo Marta y yo”.