¿Qué es lo que reflejamos de nosotros mismos a los demás?, bueno seguramente reflejaremos lo que hemos hecho a lo largo de nuestra existencia, pues somos producto de lo que hacemos, de lo que aprendimos y lo que proyectamos al mundo.

 

 

Me parece que en primera instancia reflejamos si hemos sido cuidadosos con nuestro cuerpo, con nuestra mente, con nuestro espíritu, es increíble como una persona que ha trabajado intensamente en su ser interior brilla solo con ser ella, su alma se muestra, y el alma es luz, por eso refleja esa luz interior, no necesita hablar para hacerse presente, ahí esta su luz que habla por ella, esa transparencia, claridad y paz permite que el otro la perciba, solo al llegar, y no tiene que hacer ningún esfuerzo por irradiar todo eso que es.

 

 

Me queda claro que esto es el resultado del tiempo dedicado a desenmascararse y adentrarse a su centro, a su esencia que es la esencia del alma, que está hecha de la esencia divina que viene de la fuente, de lo primordial que es Dios, y me parece que a Dios le debe encantar que contactemos con todo esto que nutre el alma y al ser.

 

 

Pero ¿cómo podemos llegar a esto?, creo que es un camino libre para cualquier persona que esté interesada en seguirlo. La entrega y la disciplina son parte esencial del proceso del trabajo y pulida del ser, para reflejar el alma que trasluce la luz divina.

 

 

No creo que sea un ruta sencilla aunque sí muy satisfactoria y transformadora, el camino del autoconocimiento, la aceptación y el amor incondicional a lo que somos es parte fundamental del camino, la yoga, y la meditación son escalones de conexión del cuerpo, la mente y el alma para lograr ese espacio de luz interior y paz. No es fácil… sin embargo se puede… poco a poco… aceptando que también nos podemos atorar en el proceso.

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