Seguro alguna vez te has sentido totalmente saturado de tanta información que nos llega, de noticias deprimentes y negativas, de todo lo que sucede a nuestro al rededor, tráfico, complicaciones económicas, problemas en el trabajo, la escuela o hasta en la casa, donde también suceden cosas que no nos gustan y que no siempre podemos solucionar como quisiéramos.
En fin, cansado de todos esos ratos en nuestra vida donde nos sobrepasan las cosas y que no vemos claro hacia dónde jalar y que tal vez lo que quisiéramos es poder hacer lo que las avestruces, meter la cabeza abajo de la tierra para no ver lo que pasa afuera en el mundo. Bueno, hoy creo que así nos encontramos muchos resintiendo la sobresaturación de las sucias campañas políticas recientes, cuyos resultados puede ser que no nos hayan dejado satisfechos. En el ambiente se percibe enojo, hastío, desconfianza, saturación general.
Es así como me he sentido a ratos, sin saber mucho hacia dónde voltear... Sin embargo creo que he ido aprendiendo a aceptar que todo esto es parte de la vida y que frente a estas circunstancias es importante, primero, darme cuenta cómo me siento, abrazarlo, aceptarlo y fluyendo con ello, sin más, así no estoy luchando continuamente conmigo misma por sentirme descontrolada, cansada, fuera de foco, confundida. De esta manera evito también estar peleando y explotando con los demás, generando tensión innecesaria en el ambiente ya de por sí cargado.
Entonces creo que lo primero es darnos cuenta como nos sentimos, aceptarlo y tratar de ver de dónde viene todo ese cúmulo de emociones que nos está costando trabajo manejar o gestionar. Si existe la posibilidad de darnos cuenta de detectar de donde viene el conflicto, enojo o frustración es más fácil que lo podamos resolver de manera saludable y no cobrárselo a quien no tenga la culpa.
Y si deseamos ir más allá y transformar esto en algo positivo, se pueden buscar alternativas saludables para sacar toda esa energía que está atorada en nuestro cuerpo y nuestra mente con actividades que nos ayuden a liberar el estrés, como por ejemplo el ejercicio, gritar o golpear un cojín en un espacio seguro, y adicionalmente a esto buscar hacer algo que nos guste mucho hacer, como ir al cine, salir con amistades, leer… en fin, algo que nos haga sentir bien. Inténtalo, tal vez te ayude a sentirte mejor.