Cada vez en mayor medida se escucha hablar de las tecnologías para vestir, o wearable, que han tenido en los relojes inteligentes su punta de lanza. Es una de las grandes tendencias y oportunidades para desarrollar nuevos negocios enfocados en tecnología de avanzada. Las estimaciones del dinero que estas propuestas podrían generar en un futuro no muy lejano son millonarias. Sin embargo, hay todavía un tema pendiente para que una brillante idea alrededor de tecnología que se integra a la vestimenta, se convierta en negocio sostenible, y ese es el de la salud.
De acuerdo a un reporte reciente publicado en la revista Fast Company, una tercera parte de las personas que utilizan tecnologías wearable como Fitbit, y Jawbone, las abandonan después de los seis meses de uso. La respuesta de un grupo de compañías de tecnología ha sido el desarrollar dispositivos más pequeños y discretos en forma de tatuajes, bandas adhesivas, e incluso comestibles como píldoras, que permitan monitorear la salud y el bienestar de la persona. Es el caso de MC10’s Biostamp, un producto más delgado que una banda adhesiva (en otras palabras, un “curita”), que se puede colocar en cualquier parte del cuerpo, monitorea temperatura, movimiento, ritmo cardiaco y mucho más, para después transmitir la información de forma inalámbrica a diferentes dispositivos. Gran parte de estas tecnologías no son nuevas, pero sí la forma de empacarlas en una versión que inste a quien la porta a mantenerse con ella.
Otros de los usos que se planea dar a estas tecnologías, tiene que ver con enfermedades como esclerosis, Parkinson y epilepsia, en las que es fundamental para un médico el poder monitorear irregularidades y episodios y así hacer las prescripciones de medicamentos y dosis adecuadas. Son, literalmente, herramientas que permitirían salvar una vida. De acuerdo con estudios de la National Parkinson Foundation en Estados Unidos, y de la Universidad de Pennsylvania, el acceso a esta información podría prevenir la muerte de alrededor de siete mil personas con ese mal en Estados Unidos.
Hoy en el país al norte de México, pionero en el desarrollo de estas tecnologías, existen cientos, y quizá miles de desarrollos para resolver necesidades de salud que pintan para no dejarse de usar después de los seis meses en que buena parte de la gente deja de utilizar su reloj inteligente u otra pieza tecnológica de su atuendo. Si está en busca del foco que podría tener su startup, esta es, definitivamente, una gran idea.
Uno de los comerciales más emotivos alrededor de tecnología que impacta la vida y la salud de las personas, fue presentado durante la más reciente edición del Súper Bowl en Estados Unidos. No se hablaba absolutamente de ningún producto tecnológico, sino de cómo la tecnología empodera a las personas en su vida cotidiana e impacta temas tan críticos. Niños participando en competencias deportivas con piernas robóticas; médicos utilizando pantallas con tecnología que reconoce el movimiento y que permite con sólo mover la mano frente a ellas, pasar de una radiografía a otra; o un soldado que gracias a una cámara web desde un campo de concentración puede ver el nacimiento de su hijo, y hasta darle voz a quien la ha perdido por una discapacidad neuronal. Mucho que ver con la idea de tecnologías para vestir aplicadas a la salud.