En la segunda semana de marzo hubo una reunión en el PAN.
Los dirigentes y estrategas del partido analizaron el comportamiento de sus encuestas y se encontraron con varios hechos inocultables:
–La pérdida de popularidad del presidente Enrique Peña Nieto por fin impactaba al PRI con sensibles caídas en las preferencias del voto, lo cual no había pasado en los meses precedentes.
–El PRD seguía y seguiría a la baja, con riesgo de caer al cuarto lugar ante el Partido Verde o Morena.
–El PAN como fuerza política mantenía un ascenso considerable entre la población, pero las tendencias no le darían para obtener el primer lugar antes de las elecciones del 7 de junio.
–Y ellos eran los principales beneficiarios del cambio del electorado con la baja priista, pero otro cosechador era Morena, la franquicia personal de Andrés Manuel López.
Estas lecturas llevaron a una pregunta: ¿convenía seguir con la campaña en contra del PRI para favorecer al grupo más radical con registro?
Ese favor le hicieron en 2012 al atacar a Peña Nieto y si entonces estuvo en la competencia por la Presidencia de la República, hoy equivaldría a perfilarlo para el 2018.
EL PRI ANALIZA PRESENTAR DENUNCIA
Hubo mucho debate en aquella reunión, narran algunos asistentes.
Unos fueron partidarios de seguir con los ataques al PRI y otros a favor de un giro menos duro.
Dan nombres:
Algunos, liderados por Miguel Ángel Yunes, pidieron endurecer más los golpes frontales al PRI y al gobierno de Enrique Peña en aras de tumbar a ese partido y a sus candidatos del primer lugar de las preferencias.
En contra se manifestó el ala panista moderada, entre ella el dirigente Gustavo Madero, Santiago Creel, Marco Antonio Adame y el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.
Su principal argumento:
–No le hagamos el trabajo sucio al Peje.
Al final hubo consenso –o eso pareció– con esta posición, pero algo cambió en el último mes –acaso el fortalecimiento de algunos candidatos priistas: Héctor Astudillo en Guerrero, Alejandro Moreno Alito en Campeche, Ivonne Álvarez en Nuevo León, José Ignacio Peralta en Colima, por mencionar a los más sólidos– porque el PAN inició la campaña formal con ataques personales al dirigente nacional César Camacho Quiroz.
Relojes de dos millones de pesos salidos de la corrupción, asienta el spot.
Ayer un equipo de abogados del PRI y despachos contratados analizaban cómo pedir al INE la suspensión del spot donde se acusa de corrupto a Camacho Quiroz y la posibilidad de presentar una demanda civil o penal.
LA TRASCENDENCIA DE PANAL Y VERDE
1.- Pese a la caída, el panorama todavía es favorable para el PRI.
De acuerdo con una encuesta de Sigmados, la gobernabilidad durante la próxima Legislatura pasará por la alianza legislativa de ese partido con el Verde y (Panal).
El partido de Luis Castro Obregón es el único de los llamados chicos con posibilidad de mantener el registro con 3.7% de los votos y se sumarían a los 35.2% del PRI y 6.2% del Verde.
2.- Cuando César Camacho Quiroz anunciaba a los contendientes la designación de Héctor Astudillo como candidato, el dirigente del PRI en Guerrero, Cuauhtémoc Sandoval, dijo que ese partido iba a una derrota.
Sobre todo si la izquierda va unida, agregó.
Hoy, cuando Astudillo marcha a la cabeza, el control de la campaña lo ha asumido René Juárez Cisneros.
Y 3.- días atrás la secretaria de Salud, Mercedes Juan, elogió a Puebla por tener servicios públicos de salud de nivel equiparable al privado.
El gobernador Rafael Moreno Valle puso en servicio tres nuevos hospitales que completan una red de 18 instalaciones nuevas y 22 rehabilitadas.
Ocho mil millones de pesos invertidos.