Apenas salió de la Secretaría de Gobernación (Segob), Fausto Vallejo emprendió el viaje a Morelia.
-¿Qué si me imponen gente o cosas? ¡No me imponen nada! Yo pedí este apoyo-, dice el gobernador.
Y por teléfono empieza a pedir informes y a dar instrucciones.
-Aquí hay un Estado Mayor y lo encabezamos Alfredo Castillo y yo. Nadie más.
El modelo de cuanto se hará, informa, lo tomó de Nuevo León tras una visita a Monterrey y una entrevista con el gobernador Rodrigo Medina y un almirante a cargo del operativo en aquel estado.
-Allá hubo buenos resultados. ¿Michoacán será copia al carbón?
-Ándale. Es el mismo plan pero pulido y refinado. Adaptado a las necesidades de mi estado y ya verás que habrá resultados pronto… muy pronto.
Cuando vio el descenso del crimen en Nuevo León, explica, se planteó un proyecto similar para Michoacán.
-Es lo que estaba solicitando desde la administración pasada (a Felipe Calderón), pero no me hicieron caso. Luego firmamos un acuerdo, pero no tuvo el alcance que queríamos. Este es definitorio. Vamos a tener tecnología, inteligencia, desarrollo económico…
Atiende una llamada y prosigue:
-La fuerza no puede ir sola y nos hace falta mucho. Nos hacen falta clínicas, hospitales, carreteras, infraestructura, inversión, generación de empleo… Todo esto es parte del plan, de un plan muy grande.
TENGO DERECHO DE VETO DE DELEGADOS FEDERALES
La plática con Fausto Vallejo se desliza a pausas.
Si antes no lo escucharon, ahora sí, asegura.
-Han entendido cuál es la situación del estado. Hay cosas que se vienen gestando desde hace mucho tiempo y ya saben cómo atenderlas desde todos los ángulos.
-¿Qué le dijo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong?
-De lujo. Dándome respuesta a todo.
En este punto, y ante la observación, rechaza mengua de su gobierno:
-No me imponen cosas. Yo lo solicité. Hay un Estado Mayor y lo encabezamos Alfredo Castillo y yo, nadie más. Todos estaremos apoyados.
-¿Dónde despachará Castillo?
-Casi todo el tiempo en Michoacán, en Morelia. Igual que Monte Alejandro Rubido y Enrique Galindo, a cargo de la inteligencia y la operación. También estarán mandos de la Defensa y de la Marina permanentemente en Michoacán.
Como gobernador, dice, conserva todas sus facultades.
-¿Hasta la elección de delegados?
-Claro. Tengo derecho de veto. Delegado que no trabaje, se va. Quien se quiera ir por la libre, también se va. Yo espero que no haya necesidad porque todos trabajan muy bien, ahorita todos están alineaditos.
Su equipo, dice, está bajo revisión e insinúa la posibilidad de cambios, sobre todo en las áreas de seguridad pública y procuración de justicia.
-¿Se van el secretario y el procurador?
-Lo importante es reforzar al gobierno. Todos son de mi confianza. Pero si hay necesidad, estarán en otras posiciones.
BEJARANO Y SU CARAMBOLA EN LA BANCADA DEL PRI
1.- El 20 de diciembre anunciábamos aquí parte de los planes de René Bejarano.
Iba, decíamos, por muchas posiciones para reforzar su presencia política en la ciudad, debilitar a Miguel Mancera e incrementar su influencia en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).
Disminuida su representación en ese espacio legislativo, adelantábamos, buscaba hacerse de otras bancadas y para ello impulsaba a gente afín para conducir las bancadas de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y del Trabajo (PT), entonces a cargo de María de los Ángeles Moreno y Miriam Saldaña.
Ya consiguió lo primero.
La priista María de los Ángeles Moreno cayó ayer.
Llegó quien quería Bejarano: Fernando Espino a la coordinación y Armando Tonatiuh de segundo.
Y 2.- “Lo que resiste, apoya”, decía Jesús Reyes Heroles.
Hoy lo ve Ernesto Cordero.
Su llamado a “hundir” al dirigente de Acción Nacional (PAN), Gustavo Madero, y al coordinador de su partido en la Cámara de Diputados, Luis Alberto Villarreal, le ha resultado contraproducente.
Cordero pierde apoyos mientras los panistas voltean hacia otros aspirantes a presidir al partido, entre ellos el propio Madero.
Un strike cantado.
