El periodo ordinario del Congreso de la Unión dejó muchos saldos.
Inclusive al interior de los partidos.
Uno:
En el PAN se juegan apuestas sobre si el dirigente Gustavo Madero cumplirá su compromiso de entregar la presidencia de la Cámara de Diputados al michoacano José González Morfín.
Los momios están en contra.
La historia es pública:
Por reglamento los partidos se reparten por anualidades, desde la pérdida de la mayoría priIsta en 1997 con Ernesto Zedillo, la conducción de San Lázaro.
En la Legislatura actual el primer año le correspondió al PRI por dos razones: es la primera bancada y el Poder Ejecutivo es encabezado por un priista, Enrique Peña Nieto.
El coordinador Manlio Fabio Beltrones ponderó a varios candidatos y escogió al parlamentario guanajuatense Francisco Arroyo Vieyra, quien entregó la banda presidencial a Peña Nieto.
UNA OPORTUNIDAD DE FRENAR AL CALDERONISMO
El 1 de septiembre comenzó el año del PAN.
La presidencia cameral se la disputaban dos candidatos, Ricardo Anaya y José González Morfín, el primero leal a Gustavo Madero y aspirante a gobernador de Querétaro, y el segundo paisano y afín a Felipe Calderón.
En la duda y ante el pleito con el calderonismo, Madero decidió dar un golpe de mando y envió el mensaje: sus hombres en la Cámara son el coordinador Luis Alberto Villarreal y Ricardo Anaya.
Los dos han ganado elogios dentro y fuera del PAN.
Villarreal no ha permitido fracturas en el grupo panista y ha conciliado a los pocos diputados calderonistas -acaso el principal sea Maximiliano Cortázar- con los afines a la cúpula azul.
En tanto, Anaya se ha sobrepuesto a su propia militancia e hizo del manejo cameral una vía para acreditar la institucionalidad y la representación republicana de ese cuerpo plural.
Esta virtud le ha ganado simpatías y en el CEN panista abogan por la extensión de la presidencia de Anaya para la segunda mitad del año legislativo.
Así, aseguran, no se abrirían espacios al calderonismo y Madero aceleraría su reelección.
PAN Y PRD ESPERAN LA REVANCHA PRIISTA
En el PRD hay decepción.
Tras su retiro de la discusión energética y del Pacto por México, las cosas se le vinieron encima.
Hasta entonces, gracias al trueque con el PRI, todo marchaba: los priístas impulsaron el fondo de capitalidad con tres mil millones de pesos -Miguel Mancera pedía siete mil-, estaba asegurada la conversión del Distrito Federal en el estado 32 y la Cámara cumplió con la consulta ciudadana.
Pero después todo se atoró en el Senado y ahí la culpa fue del PAN, pues rompió el quórum.
Con traición azul o sin ella, el PRD se siente víctima y va a un año legislativo incierto: no sabe si en el próximo periodo ordinario le darán gusto o seguirá el castigo.
Pero tampoco el PAN y Madero saben si el PRI respaldará en los congresos estatales, donde detenta la mayoría, la reforma política como la exigieron antes de otorgar la reforma energética.
Sintetizado todo esto en una frase: el Pacto está desactivado y las tres principales fuerzas pasaron de los acuerdos por las reformas a los recelos mutuos.
BEJARANO Y SUS PANCHOS VILLA EN PLENA ACCION
1.- Aquí lo hemos advertido de manera reiterada: René Bejarano y sus huestes de IDN van contra el jefe de Gobierno, Miguel Mancera.
Ayer hubo otra prueba cuando Dolores Padierna, esposa de Bejarano, rendía su informe senatorial.
A una señal, los seguidores de ese clan y sus Panchos Villa abuchearon a Mancera en la Arena Ciudad de México, mientras los incondicionales del delegado de Iztapalapa, Jesús Valencia, coreaban ¡Mar-celo, Mar-celo!
Y 2.- el reparto de leche subsidiada se ha reorientado en el presente sexenio para incorporar a un millón de indígenas de las zonas más pobres del país.
El director Héctor Pablo Ramírez reporta a casi 6.4 millones de beneficiarios y la apertura de 758 lecherías como parte de la Cruzada Nacional Sin Hambre por instrucciones de la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles.