Dice el refrán que al buen entendedor pocas palabras. Pues bien, ayer en un breve artículo publicado en Reforma, Eduardo Pérez Motta, presidente de la Comisión Federal de Competencia, Cofeco, lanzó una alerta sobre las presiones que han arreciado desde las dos grandes televisoras para que naufrague, o por lo menos para que se retrase tanto como se pueda, la puesta en marcha de la licitación de nuevas frecuencias de televisión, proceso que está en ejecución por parte de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Cofetel, y de la propia Cofeco.
Naturalmente que a Televisa y a TV Azteca no les hace ninguna gracia que se liciten nuevas frecuencias de televisión digital terrestre y que se avance en el llamado apagón analógico para transitar hacia la televisión digital. Aunque el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, haya insistido en que la televisión abierta no es el gran negocio y que Emilio Azcárraga Jean, propietario de Televisa, presuma a través de los medios que no tiene ningún temor a la competencia en la televisión abierta, es razonable pensar que ambos intentarán por todos los medios detener una potencial caída en las enormes ganancias que obtienen por publicidad en televisión. Y vaya que sí tienen poder político y mediático para lograrlo.
Por eso una lectura cuidadosa del artículo de Pérez Motta nos lleva a una conclusión: el presidente de Cofeco sabe que el proceso de licitación de nuevas frecuencias de televisión está en riesgo y que puede fracasar.
El artículo tiene como destinatario al presidente electo Enrique Peña Nieto y a su grupo cercano, los coordinadores Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong y el jefe de los diputados priistas, Manlio Fabio Beltrones, quienes pronto enviarán señales sobre la agenda del nuevo gobierno en la materia. Lo sabremos en los próximos días cuando Peña Nieto decida sobre quién ocupará la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Subsecretaría de Telecomunicaciones.
Si los nombramientos recaen en personajes con perfiles políticos que ambicionan algún cargo de elección popular en el futuro cercano, será una mala señal para la agenda porque estarán incentivados a “no disgustarse” con las grandes televisoras. En ese caso, la suerte de la agenda estaría echada.
Pero entre tanto que llega el mensaje del nuevo gobierno un asunto parece ya inminente y de allí la urgencia de Pérez Motta: que la fecha límite del 30 de noviembre para que Cofetel dé a conocer la convocatoria y las bases para la licitación de nuevas frecuencias de televisión no serían cumplidos. Es decir, se advierte que es casi un hecho que no habrá convocatoria en esa fecha.
De allí las advertencias tanto a los comisionados de Cofetel como a los de Cofeco por una sencilla razón: algunos de ellos habrían sido seducidos por sus poderosos regulados. Y es que el mensaje de Pérez Motta no deja duda: “Nuestra responsabilidad como comisionados de una y otra institución debe ser de cara al interés público… Para eso nos nombraron, nos dieron periodos transexenales y nos hicieron inamovibles… No hay pretexto para ceder a presiones, para mediar entre posiciones particulares a costa del interés público o para tratar de quedar bien con quien sea. Más vale que lo entendamos todos”. Pregunto: ¿Más claro?
En suma: Azcárraga Jean y Salinas Pliego se están saliendo con la suya.
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