@guerrerochipres
A la ciudadanía le interesan los resultados. Entre integrantes de clases populares o sectores medios y empresariales la pregunta es, ¿disminuyó la inseguridad en la CDMX o no? Sigue como principal tema y se asocia con nuestras certidumbres básicas.
El 2022 fue el mejor de los últimos ocho años en número de incidentes delictivos: hay una baja de 57% respecto de 2018, y de 47% respecto de 2019. Además, la percepción positiva de seguridad en la capital nacional más que se duplicó al pasar de 7.7% a 40.5%.
Es un proceso integral que debe ser constantemente diagnosticado, programado, supervisado y medido.
La promoción de la denuncia y el reporte ciudadano, que implique detalles de eventos delictivos, debe profundizarse en aprovechamiento de este envión que ahora tiene la seguridad en la capital que gobierna Claudia Sheinbaum y para contrastar con las voces que prefieren ignorar el avance y concentrarse en el humo de sus propias perspectivas o de la realidad que ciertamente debe atenderse.
La CDMX es este enero —demostrado que la pandemia ausente en 2022 no era la causa de la disminución de la incidencia en 2020 y en 2021— la entidad de las diez más pobladas que mejor comportamiento institucional y ciudadano tiene en el combate a la delincuencia.
Desde la mitad del sexenio anterior comenzó el incremento en los delitos de alto impacto en la capital nacional. En 2018, se registraron 68 mil 6 ilícitos, el más alto dato negativo desde que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública realiza un registro sistemático y metodológico de la incidencia delictiva.
Puesto en perspectiva, en 2019 comienza un proceso de desaceleración del comportamiento delictivo y una clara inflexión. El 2022, fue el año con menos delitos desde 2015. Los 29 mil 302 delitos de alto impacto denunciados el año pasado representan una reducción de 57% en comparación con 2018, el último año de la administración de Miguel Ángel Mancera y José Ramón Amieva como encargado del despacho.
El secuestro, los homicidios dolosos y la extorsión —tres de los que más han generado inquietud por la violencia que implican— tienen disminuciones de 90%, 48% y 33%, respectivamente.
En conjunto, todas las modalidades de robo disminuyeron 37.5%. Una tendencia que cobra mayor relevancia al analizar el robo de vehículo, con y sin violencia, por carecer de cifra negra: bajó 69%.
Los datos duros encontraron en estos cuatro años correspondencia con la confianza ciudadana medida en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi. En el primer trimestre del 2018 —también el peor momento en la percepción—, sólo 7.7% de las y los habitantes de la capital nacional se sentían seguros, porcentaje que para el último trimestre fue de 40.5%.
Falta profundizar. Ciudadanía e iniciativa privada comunican más certidumbre y confianza. Y es el año preelectoral.