@guerrerochipres
Felipe Calderón fue la primera figura de la democraciacristiana en señalarlo.
Líder hasta 2012, de lo que fue el panismo por segunda vez oficialmente ganador de elecciones presidenciales en 2006, promovió inicialmente a muchos jóvenes a posiciones de poder. No solamente de la ahora alcaldía Benito Juárez, sino en diputaciones locales, federales, senadurías. También los enfrentó.
El expresidente Calderón fue el primero en señalar públicamente al diputado federal del PAN, Jorge Romero, como responsable de corruptelas. En la página 405 de su libro Decisiones difíciles, publicado hace dos años, se sugiere una de las claves para dimensionar los vínculos de corrupción de un segmento de la clase política del panismo.
Un fragmento señala: «Madero supo entender esa dinámica perversa y hacerse beneficiario de ella —con relación al control del padrón de los panistas. Pactó casi con todos los que controlaban el padrón interno (“los cadeneros”), entre ellos,(…) Jorge Romero de la Ciudad de México (exdelegado en Benito Juárez, famoso por los casos de corrupción que constantemente empresas extorsionadas revelaban)”.
Calderón menciona que un sobrino del michoacano fue quien le detalló eventos de corrupción dentro de la entonces delegación Benito Juárez y de los cuales se enorgullecía Romero.
La mención —que no fue hecha ni por la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, ni por la fiscal Ernestina Godoy— fue revelada por el exmandatario, uno de los personajes más críticos del presidente Andrés Manuel López Obrador… en 2020.
La administración de Romero y exfuncionarios de entonces (2012-2018), como Luis Vizcaino, Nicias Aridjis Vázquez y el diputado Christian Von Roehrich, enfrentan con amparos o con ausencias voluntarias las acusaciones específicas de la Fiscalía General de Justicia.
Son 264 pisos excedentes en al menos 130 inmuebles y ahí participaron muchos que aún no han declarado y otros más que han agregado detalles de enorme valor a la investigación.
Personas que compraron de buena fe son las víctimas y entre los beneficiarios hay políticos que aún están dentro del PAN. También algunos desarrolladores y notarios. Romero, en privado, había criticado a Alito Moreno, el presidente del PRI señalado tantas veces y tan verosímilmente por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, como participante en diversas situaciones ilegales de carácter electoral, civil y penal de las cuales no identificamos el desenlace.
Fue en el propio PAN donde ya se había advertido sobre prácticas de corrupción, incluso desde la misma afiliación de “simpatizantes” y lo hizo un personaje salido de los mismos colores.
Dice Calderón, además,“(…) el propio Romero le confesó que asociaciones de ambulantes y otros le representaban a ‘su grupo’ ganancias de 7 millones de pesos al mes». De nuevo la página 405. De lo que ahora se visibiliza, una clave está ahí.
La ultraderecha tiene tal vez un acierto cuando critica a algunos del PAN: la corrupción los alcanzó. La derecha demócrata-cristiana parece coincidir.