Pues ahora resulta que la negociación del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), que México firmó hace casi un mes con 11 países de América, Asia y Oceanía, fue una “fregonería”, y que no haber estampado la poderosa hubiera sido una catástrofe.
En clara respuesta a sus detractores, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, ha declarado que “hay mucho mito y falsedad en torno al convenio”. Y ha negado que se haya pactado en secreto el tratado, y explicó por qué no informó antes lo que se había negociado: “En ninguna negociación se pueden subir los textos que están encorchetados (sin concluir)”. Pero pronto, muy pronto se darán a conocer documentos en español. También ha aclarado que “nunca se puso sobre la mesa una propuesta que no haya sido consensuada” con el sector privado mexicano.
Guajardo Villarreal confía en que lo negociado en el TPP no afecte a los sectores industriales del país; incluso se lograron mayores beneficios para algunos sectores, como los productores de arroz, un producto al que se le iba a eliminar el arancel y finalmente tendrá 10 años más de protección. En 15 años se eliminarán aranceles.
En la negociación, México logró que los países socios eliminen aranceles al 90% del universo arancelario de manera inmediata; el restante 9% se hará a cinco o 10 años y se deja un acceso restringido a 1% de las fracciones arancelarias, ha declarado el secretario en varias entrevistas, incluyendo las de banqueta.
Y ya encarrerado, ha dicho que el gobierno se comprometió a retirar 77% de los aranceles inmediatamente después de la entrada en vigor del TPP. En el mediano plazo, a 3% y 19% de las 12 mil fracciones arancelarias en que se clasificaron los productos se les eliminará el arancel en 10 o 15 años. Los productos mexicanos que accederán más rápido son autos, aeroespacial, dispositivos médicos, equipo electrónico, cosméticos, juguetes, tequila, mezcal, cerveza y cerdo, entre otros. Se protegió a los sectores de lácteos, queso, mantequilla y leche en polvo. Vehículos pesados, arroz, café, atún y sardinas mantendrán el arancel hasta el año décimo y textil y vestido se liberan a 16 años.
Unos cuantos días después de firmado el TPP, el columnista comentó: “resulta medio sospechoso que el secretario de Economía se niegue a dar detalles del acuerdo, argumentando que cualquier indiscreción podría poner en riesgo su aprobación por los congresos de los países participantes. Ante ese hermetismo, los escépticos cuestionaron: ¿Le vamos a vender a Australia botas UGG, a Nueva Zelanda leche en polvo, a Vietnam arroz, y cuentas de colores y espejitos mágicos a Brunei?
Bueno, el secretario de Economía ya respondió. Se tardó un poquito, pero lo hizo.
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Finalmente, y después de tanto insistir, el subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, Miguel Messmacher, precisó el lunes por la tarde que la modificación que hizo la Cámara de Diputados de disminuir el impuesto 50 centavos a las bebidas que contengan 50 gramos de azúcar por litro, no le hace ni cosquillas al impuesto de un peso por litro que desde el 2014 se aplica a todos los refrescos de todos los sabores y colores, así como a jugos, “agüitas” y otras bebidas, pues para éstas no hay ninguna rebaja.
El funcionario reonoció que el IEPS de un peso por litro ha sido un exitazo para la Secretaría de Hacienda. Y cómo no, si ha recaudado más de 25 mil millones de pesos en el tiempo que lleva operando, según cálculos de los analistas. Lo que no supo o no quiso contestar a los senadores fue cuántos miles de millones de pesos de dicha cantidad se han destinado al sector salud para prevenir y combatir la obesidad e instalar bebederos de agua en las escuelas.
Al puro estilo del Piojo Herrera, Miguel Messmacher dijo que el IEPS ha logrado reducir entre 5% y 6% el consumo de los productos gravados con un peso por litro. ¡Eso no es cierto, Miguel!, exclaman los especialistas, y documentan: La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) ha dicho que al menos en 2014 las ventas crecieron en 1.5% en 2014.