Las aguas se mueven de manera extraña. Dos políticos: el senador panista Roberto Gil Zuarth y el gobernador perredista de Morelos, Graco Ramírez, se han visto envueltos en los últimos días en tramas relacionadas con la corrupción.
Ambos se defienden. Niegan los señalamientos que se les hacen, subrayan la inexistencia de prueba alguna por parte de sus acusadores y atribuyen las acusaciones a tramas articuladas con “un propósito mayor”.
Gil Zuarth se pregunta si, en su caso, se trata de intereses de casinos que pretenden vincular a ex funcionarios del gobierno federal porque fueron afectados en sus negocios, o si hay un propósito político de señalar a un grupo político dentro del PAN de cara a la renovación de la dirigencia nacional para debilitar sus posibilidades internas.
O más aún, pregunta: “¿Responden estas acusaciones a la pretensión de mermar a quienes hemos sido críticos con la forma en la que se está desenvolviendo la relación del PAN con el nuevo gobierno?”.
Su respuesta es un “no lo sé”. Pero sus propias preguntas y dudas suscritas por él mismo en Excélsior, reflejan que el panista no descarta que se trate de una cuestión política, sea de su propio partido o del gobierno federal.
Como quien dice, sospecha que los tentáculos de Gobernación han comenzado a moverse.
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GRACO: QUIEREN ENLODARNOS.- Graco Ramírez -señalado en un correo electrónico de haber sido el contacto entre el Gobierno del Distrito Federal y la empresa Wal-Mart para arreglar permisos para construir centros comerciales en la ciudad- no sólo califica de falsa y “ligera” la acusación, sino que también le ve tintes políticos al asunto.
En un video que subió ayer a internet, el perredista sostiene que “los ataques y las calumnias” a la izquierda “no son nuevos”. Que de lo que se trata, ahora que están en el poder (la gubernatura de Morelos en su caso), es de “enlodarnos… quieren desprestigiarnos”.
Graco no precisa quiénes son o serían aquellos que intentan -según su dicho- manchar su reputación y con ello la de los perredistas en general. Pero la referencia al pasado, con eso de que los ataques “no son nuevos”, abre el abanico tanto para panistas como para priistas.
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SUCESIÓN EN IFAI SE COMPLICA.- Hace unos meses parecía claro que la sucesión de Jacqueline Peschard como presidenta del IFAI se definiría entre Trinidad Zaldívar y Sigrid Arzt Colunga, pero en los últimos días la situación se ha complicado porque ninguno de ellos ha logrado hasta el momento -y la elección será entre el viernes y el sábado próximo- los cuatro votos a favor que se requieren en las primeras rondas.
De ahí que María Elena Pérez Jaén y Gerardo Laveaga, quienes hasta hace unas semanas se descartaban para la sucesión, hoy aspiren también a presidir el futuro IFAI que, de aprobarse la reforma de transparencia en marcha, gozará de autonomía constitucional y obligará a estados, municipios y a los tres poderes de la Unión a proporcionar información mediante resoluciones inatacables.
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GEMAS: Regalito de José Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, a propósito de las reformas estructurales: “Creo que en los últimos 15 años cuando menos, a lo mejor más, nunca habían estado los astros tan alineados como ahora”.
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