Se lo preguntaban ayer a Javier Lozano: ¿Se trata de una vendetta contra el PAN, contra el calderonismo?
La verdad, respondió el senador de Acción Nacional, “por más que nos digan que no está habiendo cosas de esta naturaleza, todo lo que está ocurriendo es un poco para decir y seguir señalando al pasado”.
Ejemplificó su dicho con el caso del jefe templario conocido como El Pantera (Francisco Galeana Núñez), a quien en esta administración, en un lapso de 10 meses, “mataron” dos veces.
¿Y dónde está el escándalo?, preguntó Lozano, porque estamos ante las mismas razones: una información imprecisa que hace suponer la muerte de un líder de estas organizaciones criminales.
“Bueno, lo mismo nos pasó a nosotros. Pero vean el tamaño del escándalo en un caso y en el otro…¡La verdad es que sí estamos viendo que hay una intención!
Esto que ayer mencionaba Lozano a los cuatro vientos es el sentir de buena parte de los panistas (incluidos aquellos que ni calderonistas son). Según nos comentan, están viendo de parte del gobierno federal “un doble juego”: el golpe y la sobadita.
Aunque a últimas fechas no hay tales sobaditas, más bien hacen como que la virgen les habla.
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SÍ SE VE (MALA) INTENCIÓN.- En el caso del fraude de Oceanografía, por ejemplo, los priistas han dejado correr la especie (o al menos se niegan a especificar las fechas) de que éste se cometió durante los sexenios panistas, cuando -aseveran los azules- data del año pasado. Es de esta administración.
En cambio, el director de Pemex, Emilio Lozoya, sí embarró el nombre de Mario Alberto Ávila Lizárraga (ex funcionario de Pemex, Exploración y Producción) quien fuera candidato del PAN al gobierno de Campeche en 2009.
De ahí, p’al real. Súmenle los casos de Capufe (una investigación de la PGR involucra al ex secretario particular de Calderón, Tarcisio Rodríguez Martínez), o del Fonden, por posible desvío de fondos presupuestales en 2012, o la acusación de lavado de dinero contra Gastón Azcárraga al frente de Mexicana de Aviación.
Y bueno, a como están las cosas… ¡hasta la detención de El Chapo se suma a las afrentas! Así que, alegan, “sí se ve intención…”
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CÓMO LEER LA DETENCIÓN DE HIPÓLITO.- Si ustedes son de los que experimentan sentimientos contradictorios por la detención de Hipólito Mora -fundador de las autodefensas en Michoacán-, no son los únicos.
Si no saben si es verdad que Hipólito tuvo que ver con el asesinato (está acusado de coparticipación) de otros dos autodefensas (Rafael Sánchez y José Luis Torres) el fin de semana pasado, estamos en las mismas.
Si fueron de los que se angustiaron cuando al teléfono (con Denise Maerker en Radio Fórmula) informó que otro contingente de autodefensas, liderados por El Americano, los tenía rodeados en La Ruana, tampoco son los únicos.
Si es de los que está con el alma en un hilo ante un posible enfrentamiento entre las mismas autodefensas (si es que todas en realidad lo son), pues sigamos sumándonos a la lista… y a la del gobierno federal también porque parecen estar en las mismas.
Compartiendo sobre todo esta última inquietud se entiende, de alguna manera, la detención de Hipólito Mora.
Incluso podríamos decir -más allá de si es culpable o no, cosa que habrá de definirse en un proceso judicial- que su detención abona a evitar un conflicto mayor en La Ruana, porque parecía estar a punto de desbordarse la situación. ¡Hasta para él mismo!, porque sus días (horas) parecían estar contados.
Por otro lado, el arresto de Mora sirve como “mensaje” del gobierno a las autodefensas con las que ha “trabajado” para retomar algunas zonas del estado: nada de venganzas ni de sentirse ahora los dueños del lugar para actuar impunemente.
La mediación de las autoridades en el conflicto, sin duda, devolvió la respiración a muchos. Evitó (por lo pronto) un terrible enfrentamiento. Pero aún falta mucho camino por recorrer y los pastizales están secos.
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GEMAS: Obsequio del diputado Ricardo Monreal: “Las autodefensas buenas se convirtieron en malas y las malas se convirtieron en peores”.