Seguramente el secretario de Hacienda ha de estar “muerto de la risa” después de leer durante un par de días las notas de diversos medios de comunicación y comentarios –incluyendo los del columnista– referentes a la modificación de 50% que aprobaron los diputados al Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) a los refrescos, diciendo, entre otras cosas, que será un duro golpe para el fisco porque dejará de percibir decenas de miles de millones de pesos el próximo año, y para la salud de los mexicanos.
Nada más alejado de la realidad, por no decir que falso, señalan los mismos refresqueros. Y explican: El gravamen de un peso por litro para los refrescos, jugos y otros productos con alto contenido calórico se mantendrá el próximo año y tal vez los que siguen. Lo que autorizaron los diputados será solamente para aquellas bebidas que contengan hasta cinco gramos de azúcares añadidos por cada 100 mililitros. Y las únicas bebidas que tienen el porcentaje referido son las light, por lo que los “chescos” normales seguirán pagando el impuesto de un peso por litro. Por lo tanto, el IEPS a los refrescos seguirá siendo el impuesto “estrella” del fisco, porque recaudará más de 20 mil millones de pesos el próximo año. ¡Tómenla, analistas bisoños”!
Nada más para ilustrar a los consumidores, prácticamente todas las bebidas, incluyendo las deportivas, contienen más de 35 gramos de azúcares por cada 600 mililitros (o sea casi 6 gramos por cada 100 mililitros), lo que las deja fuera de los beneficios del impuesto modificado. Y ni modo de vender refrescos de 90 mililitros para evadir el impuesto, pues esa cantidad es como “echarse un traguito”.
Lo que llama la atención es que tanto legisladores como analistas y otros participantes hayan festejado la reducción de 50% al IEPS, cuando dicha medida es solamente una ilusión. La interrogante es: ¿Por qué ni la Secretaría de Hacienda, ni los legisladores, ni las compañías refresqueras han salido a aclarar este asunto?
Por lo pronto, en el Senado de la República, legisladores del PAN y del PRD externaron los reclamos y señalamientos de las organizaciones civiles a la decisión de la Cámara de Diputados por la reducción del IEPS. La legisladora panista Marcela Torres Peimbert –quien por cierto fue la que propuso el impuesto de un peso por litro a las bebidas azucaradas en 2013, que entró en vigor en 2014– dijo a los legisladores de su partido que la medida aprobada fue producto de la presión de los cabilderos de las refresqueras, misma que podría reproducirse en la Cámara alta. A través de una carta enviada a los 38 integrantes de su bancada les pide que voten en contra de la reforma avalada en San Lázaro para que el IEPS regrese a su tasa inicial de un peso por litro. ¡Bisoña, pues!
En resumen: La reducción de 50% que aprobaron los diputados al IEPS a las bebidas que contengan hasta cinco gramos de azúcares, “no beneficia ni perjudica, sino todo lo contrario” a las compañías refresqueras. Y a las ONG que “se rasgaron las vestiduras”, hay que decirles que antes de externar su opinión y gastarse varios millones de pesos en sus desplegados, pues que “apregunten”.
AGENDA PREVIA
En el marco de la Centésima Sexta Asamblea General Ordinaria del IMSS, su director general, José Antonio González Anaya, se refirió a los avances que ha registrado la institución en los primeros tres años de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Destacó el programa de desregulación, simplificación y digitalización de trámites. Al inicio de la administración, aunque parezca inverosímil, no existía ningún trámite en el IMSS que se pudiera hacer de manera digital de punta a punta. Hoy, a través del sistema de pagos por internet, 700 mil de los 860 mil empresarios ya los realizan en línea. Tal ha sido el éxito de este programa, que la afiliación voluntaria en línea aumentó cinco veces en un mes, demostrando que muchos trabajadores están dispuestos a pagar y poner sus propios recursos con tal de recibir servicios del Seguro Social. Gracias a IMSS Digital, dos millones de personas lo hacen en línea.