Esa es la pregunta que se están haciendo por todo el país las empresas proveedoras y contratistas del gobierno federal, además de los gobiernos estatales y municipales que no ven, a punto de iniciar el segundo semestre de este 2013, fluir los recursos del erario federal que se encuentra retenido por la Secretaría de Hacienda.

 

Lo usual en este país, donde una parte importante de la economía y las empresas dependen del pago de recursos federales, era que la sequía de recursos, por estrategia del gobierno o por cuestiones de trámites administrativos y burocracia hacendaria, durara sólo el primer trimestre del año y para el mes de abril, todos los proveedores y contratistas sabían que empezarían a fluir los recursos y con ello a devolver la liquidez a muchas empresas, sobre todo pequeñas y medianas, que esperaban con ansias la llegada de abril.

 

Pero este año el gasto público federal muestra un comportamiento atípico y hasta ahora inexplicado por Hacienda. Su titular, Luis Videgaray Caso, decidió retrasar el flujo del PEF 2013 bajo criterios no claros. Hay gobernadores que se quejan de que no han recibido, a estas alturas del año, partidas federales tan básicas como las del pago de la educación, por lo que tienen problemas para cubrir sueldos de los maestros, lo que agrava la ya difícil situación del magisterio por el tema de la reforma educativa.

 

Entre empresarios pequeños y medianos, cuyos ingresos dependen en su mayor parte de los pagos federales, la queja es la misma y muchos de ellos afirman que están llegando a una situación límite en la que, de no fluir pronto los recursos, se verán en la necesidad de aplicar recortes en su actividad, lo que puede significar despidos de personal. Hay empresas de comunicación que ya reportan pérdidas ante el retraso del pago en la publicidad oficial que también está detenida en su totalidad en el flujo de recursos.

 

¿Cuál es la estrategia del secretario Videgaray que por un lado dice que la economía mexicana atraviesa por su “mejor momento” derivado de las reformas aprobadas dentro del Pacto por México, pero por otro lado apuesta a deshidratar buena parte de la economía con el retraso del flujo presupuestal federal, del que dependen varias cadenas productivas y de servicios en el país?

 

Cualquiera que sea el plan del titular de Hacienda no parece estar dando buenos resultados. Las cifras que dio el INEGI el fin de semana pasado sobre una caída de la producción nacional de 0.5% en el primer trimestre del año, contradicen el discurso oficial de una economía que vive un gran momento. La baja en la producción de industrias que hace apenas un año eran ejemplo de dinamismo, es un signo preocupante. Sectores como la construcción, en la bonanza total en el calderonismo, o la minería que estuvo en auge o, más grave aún, la industria manufacturera, estratégica para el país, reportaron pérdidas que según el INEGI van de 2% a 5% en su producción y ventas. Hasta la industria automotriz, otrora estandarte de la productividad, registró una caída en lo que va de este año.

 

Tal vez haya algún tipo de cálculo en la política presupuestal de Hacienda, no sabemos si político, económico, electoral o antiinflacionario, pero lo cierto es que los efectos de retener los recursos federales por tanto tiempo empiezan a sentirse en la economía nacional, especialmente en las Mipymes que ayer dijo defender el presidente Peña Nieto. Tal vez el doctor Videgaray Caso aplica algún tratamiento economicista para paliar un mal en las finanzas nacionales; el problema es que al doctor no se le pase la mano y acabe agravando al paciente.

 

NOTAS INDISCRETAS… El día que falló Liconsa fue hace cerca de dos meses, cuando la planta de Jiquilpan fue parada por el sindicato de la empresa. Nunca los sindicalizados habían hecho un paro pero esta vez la razón fueron las denuncias ignoradas por el director de la empresa, Héctor Pablo Ramírez Leyva, de que el gerente de esa planta se había mandado construir una casa dentro de la planta. El paro impidió que la dotación de leche para estados como Aguascalientes, Guanajuato y San Luis Potosí fuera enviada en ese día y así Liconsa fallaba en el envío del lácteo a los estados por primera vez en su historia de más de seis décadas… Los dados repiten. Doble Escalera

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