Los representantes del Poder Legislativo son considerados “como un cuerpo débil y limitado que aporta muy poco a las políticas públicas del país”, revela un estudio publicado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop) de la Cámara de Diputados.

 

“Hace falta un cambio de estilo de los legisladores hacia una mejora que pueden obtener a través de la especialización en temas concretos de políticas públicas, lo que constituye uno de los principales retos”, recomienda el estudio El Control Parlamentario y el Rediseño de las Políticas Públicas, cuya copia posee 24 HORAS.

 

Los resultados de este análisis evidencian que tanto diputados como senadores no están especializados en los temas que se abordan al interior del Congreso de la Unión, por lo que consideran que los legisladores tienen poco control sobre las diversas áreas del gobierno.

 

“Un legislador puede estar veinte periodos como legislador y nunca se especializa en nada. Es un tema de interés personal especializarse”, recomienda la investigación en su apartado Redes para las Políticas Púbicas.

 

“Los estudiosos de la especialización legislativa han dirigido sus esfuerzos a demostrar los beneficios de tener parlamentarios especializados en temas concretos de políticas públicas, como posibilidad de lograr un cambio institucional positivo”, señala el Cesop en su investigación.

 

Generalistas

 

Con base en diversas entrevista sostenidas con parlamentarios de las últimas tres legislaturas, Lucero Ramírez León, coordinadora del estudio, revela que 46 de 48 legisladores se consideró generalista, con pocas posibilidades de concentrarse en un área concreta de políticas públicas.

 

Advierte que los “generalistas” son aquellos legisladores que resaltan porque su papel suele ser muy rutinario y sin ningún incentivo de participar o aportar sobre algún tema en específico tanto en el pleno como en el trabajo en comisiones.

 

La investigadora del recinto legislativo interpreta que la integración del Congreso mexicano se da en su mayoría por motivos de oportunismo electoral, hecho que provoca un papel obstruccionista y no constructivo dentro del Poder Ejecutivo del Estado mexicano.

 

“Por ejemplo, estar en el Senado para aspirar a una gubernatura, o bien, buscar ser nominado nuevamente como candidato y alternar así entre las cámaras baja y alta o el Congreso local, con pocas posibilidades de especialización”, son la constante de obstruir el trabajo parlamentario formal, explica Ramírez León.

 

El centro que preside el legislador Sebastián Alfonso de la Rosa Peláez (PRD) adelanta que el sistema político mexicano en el Congreso ha sido un actor en un segundo plano, sin que ello haya ocasionado problemas políticos, sociales o económicos.

 

“El Congreso en un organismo bastante disminuido, con un papel pobre en lo que a sus funciones de hacedor de leyes y de contrapeso del Ejecutivo, operando en numerosas ocasiones sólo como confirmador de toda iniciativa presidencial”, tal y como lo han denunciado en reiteradas veces legisladores de izquierda como Ricardo Monreal Ávila (MC) y Rafael Huerta Ladrón de Guevara (PT) desde la tribuna.

 

Reelección legislativa

 

A reserva de que los legisladores tengan un interés sobre su propia carrera política, la reelección legislativa, aprobada recientemente por el Congreso de la Unión, podría contribuir a darle continuidad a la carrera de los parlamentarios establece el Cesop.

 

“La profesionalización de las carreras parlamentarias suele atribuirse a la falta de continuidad de los legisladores en esa tarea, es decir, la falta de reelección inmediata, es lo que provoca que, por lo general, los legisladores tengan el incentivo de trabajar para desarrollar una carrera fuera de la legislatura”, explica el informe.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *