Desde hace una semana, el Santuario del Señor de Chalma, ubicado en el Estado de México, abrió sus puertas un año después de la pandemia, lo que ha atraído a cientos de devotos que en ciertos momentos olvidan la sana distancia y el uso de cubrebocas.
Hasta este espacio religioso, territorialmente perteneciente a Malinalco, han llegado familias enteras.
Las autoridades eclesiásticas y locales han dispuesto un arco sanitizante, como personal que dota de gel y permite la permanencia al interior de la iglesia por unos minutos.
Afuera, la gente no se resiste a comprar en los puestos de dulces típicos, ni tomarse en grupo la foto del recuerdo, incluso de ir al río, que genera por momentos aglomeraciones.
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