La Arquidiócesis de México destacó que sin afectar la adecuada libertad de gasto que permite a los estados y municipios prestar los servicios públicos y satisfacer las necesidades de sus pobladores, el gobierno federal tiene que establecer procesos a fin de que las entidades accedan al financiamiento de forma clara y responsable, a la vez que deberá atender tres aspectos impostergables:
Vigilar el gasto de los recursos otorgados por la Federación, lograr que los estados procuren una mayor y equitativa recaudación fiscal y promover una justa asignación de los recursos públicos, ya que de no lograrse “cualquier esfuerzo será superficial e infructuoso”.
Detalló que el Ejecutivo, junto con las fuerzas políticas, tiene que realizar una profunda reforma a la hacienda pública. “Resulta inaplazable involucrar de forma decidida a los estados y municipios en la recaudación fiscal, pues es inadmisible que algunas entidades reciban de la Federación, con costos muy altos, más del 90% de su presupuesto”, toda vez que la captación de recursos locales es prácticamente nula.
En el editorial Desde la Fe, agregó que el gobierno federal debe ver en la “acelerada e irresponsable” dinámica de endeudamiento de las entidades federativas una gran oportunidad para corregir algunos de los vicios que tienen estancado a este país en la mediocridad económico-financiera.
Y en este sentido, señaló, el combate a la “impunidad y el castigo” a los funcionarios que han empeñado el futuro de sus gobernados “serán señales de esperanza para un pueblo que se duele en la pobreza y en la impotencia ante la falta de herramientas legales que favorezcan el correcto uso de sus aportaciones al Estado”.
Apuntó que los recursos deben ser canalizados a favor del desarrollo de los mexicanos y evitar a toda costa que caigan en el “hoyo negro de la corrupción”, que devora el patrimonio nacional y que impide el castigo a los “gobernantes corruptos”, a muchos de los cuales se les puede ver sin el menor decoro y decencia ocupando un lugar en el Congreso de la Unión, “gozando con cinismo del fuero que les da un cargo del que son del todo indignos”.
El organismo católico añadió que en cuanto a la correcta asignación de recursos para beneficio de las poblaciones, sólo se logrará con la construcción de procesos de rendición de cuentas que eviten el obsequio de dinero a los gobernadores y alcaldes, “que no hacen el mínimo esfuerzo por recaudar ni por transparentar sus gastos, pero que sí exigen cada vez mayores asignaciones”; además de que permitirá vigilar y castigar a aquellos funcionarios públicos que se benefician de las partidas presupuestales, que cometen peculado, erogaciones no justificadas o realizan un ejercicio indebido de su servicio, e incluso, que guardan algún tipo de asociación con grupos criminales.