Inexplicable, por decir lo menos, la indolente actitud que con el inocultable propósito de restarle importancia viene asumiendo la 4T y su Gobierno, a nivel federal, ante la caótica situación de inseguridad y violencia que hace más de medio año prevalece en Sinaloa merced a la incapacidad e indolencia, cuando no cínica, tolerancia del régimen del (narco)gobernador Rubén Rocha Moya ante el embate del crimen organizado…
Una situación ésta, que al margen haber cobrado ya más de 800 vidas, mantiene a la sociedad entera sumida en el terror y el caos, merced a la encarnizada disputa que de amplios territorios para el cultivo y trasiego de toda suerte de enervantes sostienen sicarios al servicio de los cárteles de Los Chapitos y sus otrora aliados Los Mayos que, ante la ingobernabilidad referida, han diversificado de tal manera su actuar que ahora también extorsionan a negocios y ciudadanos comunes, secuestran, plagian y más, mucho más.
La sola afirmación de Claudia Sheinbaum, tras la magna manifestación de sinaloenses -muchísimos de ellos menores de edad vale destacar- en protesta por el artero asesinato de los niños Gael y Alexander y su padre Antonio Sarmiento, de que la tarea de su administración era “ayudar a las familias, no quitar gobernadores”, cuya renuncia exigieron los marchistas, dejó en claro su absoluta indisposición a actuar contra Rocha Moya que, huelga recordar, no sólo es una más de las “pesadas herencias” que la actual inquilina de Palacio recibió de su nefasto predecesor sino que, como él mismo aceptó, conocía y mantenía una relación cercana con los grandes capos de la droga que operan en la desgobernada entidad.
El asunto no es menor. Y no lo es, no sólo por la negativa imagen que del Gobierno federal se está dando a la comunidad nacional e internacional -en las inmediaciones y al interior de la Casa Blanca, por ejemplo- que cada día ven más a México como “la Colombia de otro tiempo, la de Escobar Gaviria…” y temen que la incapacidad-indolencia de autoridades para enfrentar al crimen organizado y frenar al menos el creciente trasiego de drogas a la Unión Americana y a otras latitudes, acaben por “formalizar” la presencia de este en vastas zonas del territorio, haciendo en una suerte de narcoestados…
Pretender entonces distraer la atención de la sociedad sobre los gravísimos acontecimientos que vienen ocurriendo en aquella entidad o, peor aún, intentar modificarla, no hace más que evidenciar el cúmulo de intereses inconfesables existentes entre personajes del morenismo y algunas de las bandas y ello sí que es altísimamente preocupantes. ¿O no?...
Asteriscos
Quien no parece traerlas todas consigo es el subsecretario de Salud, Eduardo Clark, quien no ha sabido garantizar un proceso de compra de fármacos claro y transparente lo que, obvio, alienta todo tipo de críticas en su contra por el supuesto favoritismo mostrado en favor de empresas vinculadas con Amilcar Olán como la ya beneficiada “Poyago”. Ufff…
Veámonos el miércoles con otro asunto De Esencia Política
@EnriqueAranda_P