Instalados en el punto de arranque literal, cuando no ya en pleno avance hacia lo que analistas nacionales y extranjeros estiman hundirá al país en una grave crisis económica y/o el inicio de un proceso de regresión industrial de consecuencias impredecibles, no pocos especialistas de los más distintos sectores -empresarial, académico e intelectual y de la oposición política, obvio- han mostrado sorpresa ante el compromiso de Claudia Sheinbaum Pardo, el pasado domingo, de que su Gobierno hará de México una “potencia científica”.

Algo muy parecido ocurrió en el entorno más cercano de la inquilina de Palacio, donde más que en ningún otro punto existe claridad sobre la gravedad de la práctica escasez de los millonarios recursos que exigirá, igual la puesta en marcha de un proyecto para la extracción y aprovechamiento del litio que el diseño de aviones no tripulados, una fábrica de software y la mejor utilización de la Inteligencia Artificial (IA), boyas marinas para medición y/o exploración, la construcción de una planta de semiconductores o inclusive, el últimamente tan traído y llevado auto eléctrico Olinia.

Digámoslo, pues, de manera clara y directa: el gasto que exigirá concretar tales avances en el actual sexenio, o años después,  suena imposible de asumir ahora o en el corto plazo. Y más, cuando recordamos que el impulso de tales proyectos no impedirá seguir destinando miles de millones de pesos al cúmulo de obras inconclusas o poco funcionales -el Tren Maya, el Transístmico, la refinería de Dos Bocas o el Aeropuerto ¿Internacional? “Felipe Ángeles” (AIFA), por sólo citar algunas- auténticos elefantes blancos dejados a manera de “herencia” a Sheinbaum  por su nefasto antecesor y promotor.

Que a nadie, entonces, extrañe la cara de sorpresa y hasta un mal disimulado temor que está generando al más alto nivel del Gobierno federal -en Hacienda, el Ejército y Marina que serían los responsables de fondearlos o hacerlos realidad de manera notable- el anuncio realizado en el Zócalo capitalino, que vino a complementar el denominado Plan México, que horas después, el lunes, fue presentado en el Museo de Antropología ante un selecto grupo de mega-empresarios afines al régimen, encabezados por el siempre obsequioso titular del Consejo Coordinador  Empresarial (CCE),  Francisco Cervantes.

Ahora que, valga insistir, no habrá que esperar demasiado para constatar la procedencia o no del ambicioso programa, que si bien en sus objetivos finales parece incuestionable, digno de elogio y reconocimiento, no lo parece tanto cuando de evaluar las alternativas reales, de concretarse por la innegable escasez, cuando no, carencia absoluta de recursos económicos para financiarlo.

Al tiempo entonces…

 

Asteriscos

1) Apenas el jueves, en sesión privada en la Auditoría Superior, el INAI, que preside Adrián Alcalá, presentó resultados de la Cuenta Pública 2023, tras lo que la ASF abrió un período en que el Instituto, abierto siempre a la fiscalización, clarificará lo conducente. Bien…

2)     Luego de años bajo control del grupo liderado por Guillermo Billy Álvarez, el comando de la Cooperativa Cruz Azul decidió dejar de pagar salarios a los 2 mil 182 trabajadores de la planta de Tula, en tanto la situación no se normalice…

Veámonos el miércoles 22 con otro asunto De Esencia Política

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