Que quede claro: si alguien piensa que el embate del siempre controversial Donald Trump contra México y -aunque no lo mencionó así- el Gobierno de la 4T concluyó con la ratificación de acciones anunciadas durante su pasada campaña, apenas reasumir como presidente de Estados Unidos y con la firma de decretos para activar la imposición de tales políticas la tarde-noche del lunes, se va a equivocar y lo va a hacer de manera grave…

Y esto, no sólo porque más allá de la imposición de aranceles a las exportaciones nacionales, que entrarían en vigor en diez días más, la declaratoria de emergencia (migratoria) en la frontera común y el envío de efectivos militares para intentar contener el flujo de ilegales y el trasiego de drogas por parte de los cárteles mexicanos, sino porque en el fondo, para el reelecto mandatario y sus colaboradores, los problemas de la relación bilateral son mucho más amplios y para decirlo pronto, el nuestro es un país gobernado por bandas criminales.

Ellos “están esencialmente gobernados por los cárteles y no podemos permitir que eso suceda. México está realmente en problemas, muchos problemas. Es un lugar muy peligroso”, expresó él mismo antes de volver a la oficina Oval para retomar el poder refiriéndose al país, en lo que pareció la explícita confirmación de los dichos de Marco Rubio, su secretario de Estado, quien, ante el Senado, planteó que “lamentablemente (los cárteles) tienen básicamente control operativo sobre grandes franjas de la frontera (común)”  o bien, las expresiones de su asesor en Seguridad Nacional, Mike Waltz, quien fue mucho más específico al dar a conocer información supuestamente confirmada según la cual las bandas del crimen organizado controlan 30 por ciento del territorio de México.

A la vista, entonces expresiones y posicionamientos como los citados es que se antoja infantil, por decir lo menos, asumir y tratar de hacer creer a la sociedad mexicana que si bien de manera en extremo crítica y amenazante, el nuevo mandatario estadounidense arremetió ya contra  el país en el marco de su toma de posesión, ello será lo único y lo último que protagonice en su intento por imponer su voluntad y puntos de vista en la relación bilateral que, vale decir, es mucho más compleja de lo que la gran mayoría piensa…

 

Asteriscos

De llamar la atención la destacada participación de Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia, líderes de Televisa y co-presidentes de TelevisaUnivision, en los actos de toma de posesión de Donald Trump, pues lo hicieron en calidad de invitados personales del magnate y fueron los únicos mexicanos en asistir a todos los eventos, ocupando siempre lugares destacados. Fue tal el impacto de ello, que ya no pocos en la 4T estiman que “podrían contribuir a atemperar” la relación con el republicano que, apenas asumir, declaró emergencia en la frontera común. Gómez fue recibido ayer en Palacio…

Veámonos el miércoles 29 con otro asunto De Esencia Política

 

@EnriqueAranda_P

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