El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, reconoció que la democracia en América Latina y el Caribe es aún precaria y amenazada entre otras cosas porque “no existe democracia real donde existen sistemas de castas y desigualdad de la magnitud de la que tenemos en las Américas”.
Del mismo modo, indicó que difícilmente se podrá tener plena democracia cuando existen grupos de la sociedad que amenazan organizadamente el orden democrático y se rigen por sus propias normas y constituyen sociedades criminales dentro de la sociedad democrática.
Insulza explicó que la situación de la distribución del ingreso en la región, e incluso en el mundo desarrollado se ha ido empeorando con los años, no mejorando.
Parte la pobreza se debe a la desigualdad, abundó, pero más allá de ello la desigualdad se da por el hecho de que hoy día, en América Latina, un número muy pequeño de la población es dueña de gran parte del ingreso nacional.
En entrevista con 24 HORAS, luego de participar en el II Foro de la Democracia Latinoamericana, organizado por el IFE, la OEA, la UNAM e IDEA Internacional, Insulza citó ejemplos:
“En Estados Unidos, mientras 1% de la población norteamericana en el año 1977 era dueño de 9% del Producto Bruto, en 2008, 1% de la población de ese país era dueño de 26.7% de la riqueza nacional.
Eso, en todos los países de América Latina es peor, como lo muestra el último informe de la OCDE, que coloca a Chile y México como los dos países latinoamericanos con más mala distribución de todas las naciones de la organización”.
Por lo tanto, dijo, el tema de la desigualdad no sólo se manifiesta en distribución monetaria del ingreso, sino en discriminación concreta, cuando decimos que de 150 millones de latinoamericanos pobres, la mayor parte de ellos son indígenas, afroamericanos o mujeres.
Por otra parte, reconoció que existe todavía en las instituciones democráticas o en las de la sociedad un grave defecto, que “a mi juicio amenaza también este concepto de democracia que nosotros tenemos”:
“Creo que hay problema en la independencia a los poderes judiciales y problemas graves de corrupción que aún subsisten en las sociedades”.
INICIOS DE UN PROCESO
Además, dijo Insulza, existen hoy en día grandes amenazas a la libertad de expresión, no sólo la amenaza del gobierno que quiera subyugarla, que ciertamente es un problema, sino también la amenaza del crimen organizado, que mata en este continente más periodistas que en ningún otro”.
Asimismo, por parte de grupos criminales que hacen de la amenaza la forma más baja, más habitual de suprimir las noticias o las opiniones que los desfavorecen.
Advirtió que el tema de la criminalidad ha llegado a un punto en que amenaza a la democracia fuertemente.
En los últimos 10 años la mayor parte de los gobiernos de América Latina y el Caribe han sido electos democráticamente, con escasas excepciones, y eso no había pasado nunca en la región, desde el punto de vista electoral.
Desde el punto de vista de la generación del gobierno, agregó, “somos junto con Europa el otro continente democrático del mundo, y esto creo que es un gran logro”, subrayó.
Resaltó que “todos estos son problemas de la democracia que hacen que estemos recién en los inicios de un proceso de democratización del continente, que yo valoro sustantivamente”.
Sin embargo, “creo que, desde el punto de vista democrático, la región está mucho mejor que el día que se firmó la Carta Democrática Interamericana, hace 10 años, tanto desde el punto de vista del ejercicio democrático como la estabilidad de sus gobiernos”, concluyó.