Maricarmen Cortés

El Consejo Coordinador Empresarial está en una crisis más seria de lo que se requiere reconocer y que se ha agudizado bajo la presidencia de Francisco Cervantes quien logró permanecer como presidente para un tercer período, en lugar de estar 2 años como marcan los estatutos, y derrotando en el camino a candidatos como Juan Cortina del Consejo Nacional Agropecuario y José Medina Mora de Coparmex.

Se cuestiona a Francisco Cervantes por su acercamiento desde el sexenio pasado a Palacio Nacional, y porque en muchas ocasiones parece defender más los intereses del gobierno que los del sector empresarial en especial el de las pymes y empresas medianas.

Uno de los problemas del CCE es que sólo 7 de los organismos empresariales que lo integran tienen de voto para la elección del Presidente y el que en realidad tiene mayor peso porque es el que paga mayores cuotas, es el Consejo Mexicano de Inversiones que engloba a las empresas más grandes del país y respalda la reelección de Cervantes.

Otro problema es que en lugar de fomentar una unidad mayor en el sector empresarial en la difícil coyuntura actual, hoy el CCE está dividido. De los 14 organismos que lo integraban están fuera dos. En 2023 fue expulsada Canacintra que preside Esperanza Ortega, por problemas de pago en sus cuotas y la semana pasada se anunció que el CCE había suspendido provisionalmente a la Concanaco de sus derechos.

Después se aclaró que no fue la Concanaco, sino su presidente Octavio De la Torre el suspendido del CCE por haber manifestado a favor de la reforma del Infonavit que el CCE no apoya.

De la Torre exige nueva elección

Evidentemente De la Torre manifestó su indignación, le recordó a Cervantes que la Concanaco está regida por la Ley de Cámaras Empresariales mientras que el CCE es una asociación civil. Le exige el respeto a la ley y logró ya el apoyo de Múltiples Cámaras de Comercio para su restitución.

Y ya encarrilado exige una nueva elección para destituir a Cervantes.

Edgar Amador demasiado optimista

El Premio Limón Agrio es para el secretario de Hacienda, Edgar Amador. Crecen las críticas por sus pronósticos optimistas en los Precriterios Económicos 2026. El mismo día que los analistas del sector privado encuestados por Banxico bajaron la meta de crecimiento del PIB a 0.51%, Amador estimó un alza en un rango de 1.5% a 2.3%. Para 2026 -sin considerar los efectos de los aranceles- se estima que el PIB crecerá entre 1.5% a 2.5% frente a una expectativa de 1.6% en promedio en la encuesta de Banxico.

El problema no es la credibilidad del secretario de Hacienda, sino que de no cumplir su meta de crecimiento económico se pone en riesgo la reducción del déficit público que Amador mantuvo estimada en un rango de 3.9% a 4% del PIB este año con una ligera baja, de 3.2% a 3.5% en 2026.

Está también en juego el grado de inversión, lo que añade leña al fuego porque sería un factor adicional de incertidumbre entre los inversores.

Emilio Romano, rifa del tigre

El Premio Naranja Dulce de esta semana es para Emilio Romano, CEO de Bank of America quien como se lo adelantamos oportunamente en esta columna fue nombrado presidente de la Asociación de Bancos de México. Sustituirá el próximo 9 de mayo en la Convención de la ABM a Julio Carranza, presidente de Banco Coppel quien hizo una excelente gestión y dejó como legado un importante cambio en los estatutos.

Suena un cliché pero auténticamente Romano se sacó la rifa del tigre por la difícil coyuntura económica, por las implicaciones al crédito a instituciones financieras al calificar como terroristas a seis cárteles mexicanos, y por el riesgo de que la reforma judicial se traduzca en un incremento de la cultura de no pago y por consecuencia de la cartera vencida.

Por si fuera poco, Romano quien logró el apoyo unánime de todos los bancos, tendrá que demostrar en los hechos que su nombramiento es un acierto porque es el primer dirigente de la ABM que encabeza un banco extranjero que no realiza operaciones de banca de menudeo en México.

Será auténticamente una nueva era en la ABM porque habrá una nueva estructura con 7 vicepresidentes con el objetivo de lograr una mayor representación del sector. En el grupo A, el más numeroso, que integran los bancos mexicanos pequeños y medianos, los vicepresidentes serán Mauricio Naranjo de Monex y Tomás Ehrenberg, de Ve por Más y desde ahora le adelanto que es el favorito para suceder a Romano en la ABM.

El grupo B, el más pequeño pero el más importante porque agrupa a los 7 bancos más grandes del país, tendrá 3 vicepresidentes: Jorge Arce de HSBC; Manuel Romo de Banamex, y Eduardo Osuna de BBVA el banco que siempre tendrá asegurada una vicepresidencia por ser el más grande del país.

Y en el Grupo C donde están los bancos extranjeros los dos vicepresidentes serán: Felipe García de JP Morgan y Jorge Del Castillo de MUFG filial de Mitsubishi.

 

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