FOXBORO, Massachussets.- Aquí es el estadio no es verde. Entre las muchas camisetas anaranjadas del Tricolor, y las decenas de miles de seguidores del rival europeo, el equilibrio de fuerzas es más parejo. En esta área de Estados Unidos, viven casi 300 mil portugueses, por eso no es una sorpresa que justo aquí, en el corazón de Nueva Inglaterra, se celebre un partido de esta gira de la selección mexicana.

 

Los mexicanos se dejaron venir a cuentagotas. Poco a poco fueron acercándose al estadio, con cierta timidez, sin la alegría que contagian las multitudes de connacionales que se dieron cita en Dallas y en Chicago. Algunos muy lejos de casa, siguiendo al Tricolor, pero aún así apoyando al equipo y respaldando las decisiones del entrenador, como Alfredo Jiménez, sí, como ese otro guanajuatense ilustre, quien afirma que pese a que juega con el equipo de su tierra, si Miguel Herrera decidió que Carlos Gullit Peña no juegue, por algo será.GGi

 

Pero la fiesta parecía más bien portuguesa, entusiastas, desinhibidos, felices de tener a su equipo por acá, pasa tan poco que es tiempo de celebrar, aunque Cristiano Ronaldo, que es la máxima figura del equipo, no haya venido. Pero vaya, ni siquiera Ronaldo provoca unanimidad entre sus propios compatriotas.

 

Aunque esta no sea tierra tricolor, y aunque fueran pocos, eran ruidosos, el mariachi los acompañaba, sonando a las puertas del Guillette Sadium, donde juegan los Patriotas de Nueva Inglaterra, pero en el que por un día, obra de gargantas mexicanas o portuguesas, que da los mismo, se vivió la fiesta de futbol.

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