Diez años después de su último título nacional, los Diablos Rojos del México se adjudicaron el título nuevamente en la Liga Mexicana de Beisbol con barrida incluida sobre los Sultanes del Monterrey, en el cuarto juego de la Serie del Rey.
Con un marcador final de 0-4, la novena de los Escarlatas le puso fin a la sequía sin victorias para continuar con su dominio como el equipo más ganador de la LMB, al llegar a 17 títulos profesionales en México.
El cuarto juego tuvo una resolución aparentemente rápida, con una producción ofensiva para el equipo dirigido por Lorenzo Bundy, a quienes les bastó con un primer inning de juego para hacerse con la diferencia en el marcador.
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Con carreras conectadas por Franklin Barreto, Robinson Canó, José Marmolejos y Juan Carlos Gamboa, el combinado del México hizo efectiva la inoperante actuación de Julio Teherán como abridor de los Sultanes, quien no cumplió el primer inning en la lomita antes de ser sustituido por Jared Lakind ya con el juego en contra.
En la labor de pitcheo de los Escarlatas, Brooks Hall tuvo una impecable labor como abridor, para hacerse con el triunfo individual del partido tras lanzar siete entradas y para ser relevado por Edwin Fierro en una entrada y dejarle el camino a Tomohiro Anraku como cerrador y pelotero encargado de sellar el campeonato para los Pingos.
Los Fantasmas Grises rompieron el cero en su registro con una carrera en la baja de la novena por parte de Ramiro Peña que le dio cierto dramatismo al cierre del encuentro y que continuó Jermaine Palacios con un segundo registro para los Sultanes, para maquillar en el registro el partido antes del out 27 que le dio el título a los Diablos.
