Cuna de tres de las civilizaciones prehispánicas más importantes del país. Veracruz cuenta con un amplio legado cultural que conforma hoy una de las mayores riquezas turísticas del estado, por su extensión y geografía.
Los olmecas, totonacas y huastecos se encargaron de nutrir al territorio jarocho de diversas ciudades y construcciones que destacan por su arquitectura, tecnología, arte y tradición. Estos hallazgos han permitido la conformación de importantes sitios arqueológicos que año tras año permite la visita de turismo nacional e internacional.
Entre templos, cementerios prehispánicos, ruinas y vestigios, Veracruz gurda en cada rincón un poco de historia de Mesoamérica. Las zonas arqueológicas más atractivas e importantes de Veracruz destacan:
EL TAJÍN (PAPANTLA)
Una zona arqueológica precolombina cerca de la ciudad de Papantla. Se ubica dentro de la Región Turística “Totonaca”, tierra de los hombres que vuelan Fue la capital del estado Totonaca. Fue designada como ciudadela prehispánica por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en su declaratoria de Patrimonio Mundial.
Está considerada como un espacio humano, matizado por al carácter de la gente que lo habita y a él llega. “Tajín” significa ciudad o lugar del trueno en el lenguaje totonaca. Se piensa que también fue el nombre de algún dios del poblado situado al norte del estado de Veracruz.
Esta ciudad se encontraba en su apogeo en los tempranos siglos IX al XIII. Se convirtió en el más importante centro en el noreste de Mesoamérica tras la caída del Imperio de Teotihuacán. Su arquitectura, única en Mesoamérica, se caracteriza por la elaboración de relieves tallados en columnas y friso.
La Pirámide de los Nichos, una obra maestra de la antigua arquitectura de América y de México, revela el significado simbólico y astronómico de los edificios, es el símbolo principal pues alberga 365 nichos de acuerdo al año solar.
Actualmente, se sigue realizando la danza del volador para el visitante, en el museo se encuentran extraordinarias manifestaciones escultóricas que nos relatan antiguas historias de reyes y misteriosos ceremoniales.
CEMPOALA (ÚRSULO GALVÁN)
Su nombre significa “lugar de veinte” o “veinte” y es una palabra derivada del náhuatl, en alusión a las actividades comerciales que, según algunas fuentes, se llevaban a cabo cada 20 días en este lugar en la época prehispánica.
Los antiguos edificios de Cempoala muestran una impresionante imagen de sus plazas y fortificaciones rodeadas de una vegetación que ahoga permanentemente esta zona, llamada «Lugar de las cuentas».
Entre los principales edificios se encuentran El Pimiento, El Palacio de Moctezuma, El Templo de la Cruz y Las Caritas. La edificación más espectacular de Cempoala es la pirámide del Templo del Sol o Gran Pirámide construida sobre la misma plataforma en que se alza el Templo Mayor, los cuales se encuentran separados por una amplia plazoleta.
CUYUXQUIHUI (PAPANTLA)
Zona arqueológica ubicada en el valle de Tecolutla, en la región de la Cultura totonaca. Su nombre de Cuyuxquihui proviene de la lengua totonaca: “cuyu” armadillo y “quihui” palo, madera o árbol; árbol de armadillo, en alusión al que florece en las montañas inmediatas y cuya corteza es similar al caparazón de este animal.
Este sitio surgió después del abandono del Tajín como centro de importancia para actividades ceremoniales. Las estructuras más destacadas de la zona son:
El Edificio I, un macizo piramidal de cuatro cuerpos y con un pequeño muro vertical. En él se han encontrado restos de pintura azul y roja, objetos como un cuchillo, cerámica fina y tabletas con el relieve de Quetzalcóatl indican que el edificio estuvo destinado a funciones rituales.
El Edificio Sur, el más antiguo del lugar.
El Edificio III, en cuya cima se localizó un monolito de dos metros de altura y que fue remodelado en tres ocasiones, la última, ocurrida en 1400 d.C., muestra influencia azteca.
Los Edificios IV y V, también llamados «dos unidos». En la parte superior ambos tienen una pequeña plataforma en la que seguramente se desplantaba una construcción ahora desaparecida.
Cancha para la práctica del juego de pelota. Tiene una forma de “I” y que mide 72 metros de largo por cuatro de ancho, construido sobre un accidente topográfico.
El ZAPOTAL (IGNACIO DE LA LLAVE)
Un gran asentamiento totonaca, cuyo auge parece haber ocurrido a fines del periodo Clásico tardío y Posclásico temprano. Aunque contiene un conjunto numeroso de edificios, sólo unos cuantos han sido explorados.
Además de un osario con una considerable cantidad de objetos cerámicos, muchos de ellos de excelente manufactura, es conocido por una bella escultura en cerámica encontrada en los muros de uno de los edificios. Se trata de una bella imagen de Mictlantecuhtli, el dios de la muerte que fue restaurada y dejada en el sitio como testimonio de este importante hallazgo.
El sitio fue habitado por los totonacas. Constó de una gran cantidad de enterramientos humanos acompañados por ofrendas de figuras de barro entre las que destacaba un grupo de mujeres con el torso desnudo, identificadas como representaciones de la señora de la tierra: Cihuatéotl, las cuales hoy se exhiben en el Museo de Antropología de Jalapa.
El miedo a la muerte y el disfrute de la belleza se entremezclan cuando se contempla por primera vez este increíble testimonio del pasado prehispánico. Lo que se conserva es un segmento del santuario, cuyas paredes laterales estuvieron decoradas con escenas de procesiones de sacerdotes sobre fondo rojo y con la figura del dios.
SAN LORENZO TENOCHTITLAN (TEXISTEPEC)
El sitio ocupa las tierras más altas de la región. San Lorenzo fue una sociedad bien integrada y estructurada jerárquicamente. El éxito de su integración y de su desarrollo se debió a las estrategias adoptivas que utilizaron para explotar eficientemente su entorno y aprovechar su posición geográfica estratégica.
En este centro ceremonial se encontraron esculturas zoomorfas así como también la primera obra monumental del México prehispánico, una enorme plataforma de tierra y capas de barro. Además, se muestran las evidencias más tempranas de arte monumental y arquitectura a gran escala, siendo el pueblo con mayor complejidad de toda Mesoamérica del Preclásico Inferior.
Entre sus construcciones destacan las largas y anchas terrazas bajo la cima de la meseta de San Lorenzo, así como las plataformas de tierra de poca altura recubiertas con arena roja. Los monumentos más sobresalientes son el 52 (con un cuerpo humano en cuya cabeza se distinguen rasgos humanos y felinos), el monumento 14 (asiento de un gobernante), el 20 (un trono mutilado), así como 10 de las 17 cabezas colosales Olmecas.