El estruendoso "¡buuuuuuuuuuuu!" le cayó desde la tribuna con peligrosa cotidianidad. Fue el acompañamiento común para Darwin Quintero el sábado pasado desde la tribuna del Estadio Azteca, cuando fue sustituido en un partido por vigésima vez desde que juega en el América. Siempre entre abucheos, cuestionado, esperando que aporte y rinda en algo por los 10 millones de dólares que le costó a los emplumados.

 

Es la historia de Darwin Quintero desde que llegó a Coapa aquel 19 de diciembre de 2015, como la contratación bomba para el torneo de Clausura 2015.

 

Y vaya que le han dado oportunidades al atacante que apenas en su primer torneo se instaló como titular indiscutible en 16 de los 17 juegos en que fue utilizado por el entonces timonel Gustavo Matosas, quien por su bajo rendimiento tuvo que sustituirlo en 14 juegos de los 16 en que inició.

 

Quintero no fue el temible delantero que asediaba a las defensivas cuando vestía de Guerrero y volaba en La Comarca. América lo compró seducido por su cuota goleadora: 66 goles desde que llegó a Santos en el Clausura 2009, pero más que eso estaba su aporte como pasador. En su campaña del Clausura 2014 puso ocho pases para gol y colaboró con siete tantos.

 

En América, su primer semestre apenas anotó un gol y puso dos pases para festejar. En su segundo semestre marcó cuatro goles en temporada regular y dos más en Liguilla, pero sólo aportó un pase para gol. El resultado no se hizo esperar: abucheos desde la tribuna, más cuando agredió con un cabezazo al capitán Rubens Sambueza en el pasado Mundial de Clubes de Japón.

 

No es secreto, el delantero azulcrema se juega su continuidad y gran parte de la inversión que los amarillos hicieron en él. Por el momento, y según lo mostrado el sábado pasado, no va por buen camino. Quintero se fue del campo, de nuevo, sustituido por no producir juego ofensivo y, de nuevo, abucheado por la afición, que lo tiene en la mira para pitarle cada vez que falle. Peligrosa cotidianidad de un hombre que llegó como bomba ofensiva que, hasta el momento, no ha justificado su contratación.

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