WASHINGTON. La compañía japonesa Toyota pagará una multa de 1.200 millones de dólares a Estados Unidos para cerrar una investigación iniciada en 2010 por un defecto en algunos de sus vehículos que causaba aceleraciones involuntarias.

 

El fiscal general del Estado de EU, Eric Holder, señaló hoy que es la mayor multa pagada por un fabricante de automóviles en la historia de Estados Unidos.

 

Holder dijo que «el Departamento de Justicia ha terminado oficialmente la investigación penal de Toyota con respecto a los numerosos incidentes de aceleraciones involuntarias que causaron pánico entre los propietarios de Toyota en 2009 y 2010».

 

Agregó que el acuerdo incluye que el fabricante japonés «admitirá totalmente» su responsabilidad y pagará una multa financiera de 1,200 millones de dólares.

 

«En vez de revelar rápidamente y corregir los problemas de seguridad que conocía, Toyota realizó declaraciones públicas engañosas y proporcionó datos inexactos a miembros del Congreso», añadió Holder, que calificó la conducta del fabricante japonés como «vergonzosa».

 

En un comunicado dado a conocer tras el anuncio del fiscal general, el director de Asuntos Jurídicos de Toyota en Norteamérica, Christopher Reynolds, confirmó el acuerdo, que calificó de «difícil» y de un «gran paso para dejar atrás este desgraciado capítulo».

 

«Hemos realizado cambios fundamentales en todas nuestras operaciones globales para ser una compañía más receptiva, escuchar mejor las necesidades de nuestros clientes y tomar acciones de forma proactiva para servirles», añadió.

 

La crisis se inició en septiembre de 2009, cuando Toyota llamó a revisión casi cuatro millones de vehículos en Estados Unidos tras haber advertido de que la alfombrilla situada en el lado del conductor interfería con los pedales y aceleraba los vehículos, tras meses de denuncias públicas de los consumidores.