Dejen de desgarrarse las vestiduras (ni que fueran tan puros o inmaculados). Sus pataleos no tienen razón de ser por la simple y sencilla razón de que ustedes mejor que nadie saben bien quien manda al interior del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Él decide. Él quita y él pone. Y sanseacabó. Si su dedito dice que sí, ustedes cierran la boca, agachan la cabeza y acatan. Porque así se manejan las cosas en el ahora partido hegemónico. Todas las órdenes vienen directitas desde La Chingada: Quien llega, quien se va, quien sube, quien cae…

Así que dejen de hacer rabietas porque (les guste o no) los traidores Cynthia López Castro, Alejandro Murat y Miguel Ángel Yunes Márquez ya cumplieron con su parte: Se vendieron a la causa guinda y ya es momento de que sean condecorados por el comandante supremo de los ejércitos guindas. ¿O apoco creen que Luisa María Alcalde Luján (presidenta nacional), Carolina Rangel Gracida (secretaria general) y Andy López Beltrán (secretario de organización) se mandan solos y fueron ellos quienes decidieron la llegada a Morena de estos tres próceres de la democracia? Y tampoco volteen a ver a los integrantes de la Comisión de Honestidad y Justicia morenista, porque ellos también van a tener que tragar sapos una vez que Andrés Manuel López Obrador les levante la ceja y les recuerde quien es el que manda aquí.

No nos hagamos tontos, la política en México se rige bajo un sistema de cuates y de cuotas. Éste es sólo un muy pequeño (pequeñísimo) ejemplo de esta aseveración.

Y ese es el motivo por el que de nada van a servir los reclamos y los enojos de Rocío Nahle (gobernadora de Veracruz), de Salomón Jara (gobernador de Oaxaca) y de otros tantos que están en desacuerdo con arropar a esta oscura trifecta que con total desfachatez cambió de partido como si lo hubieran hecho de calzoncillos (o de piel, como las serpientes) a cambio de impunidad, cancelación de carpetas de investigación y de vaya usted a saber qué otros favores. Porque, obviamente, no lo iban a hacer de gratis, ¿verdad?

Por otra parte, aquí sí vale hacerle un muy sentido reclamo al secretario de organización de Morena, Andy López Obrador, pues en su afán por cumplir con la meta de sumar a 10 millones de afiliados al partido (para convertirlo en la organización política más grande del país) no está aplicando el criterio de reservarse el derecho de admisión. Flaco favor se está haciendo allegándose este tipo de personajes que muy poco le van a aportar al morenismo.

Es un buen momento para que el partido en el poder reflexione y discuta qué es lo que está dispuesto a hacer para afianzar su movimiento, porque muchos al interior están inconformes con el rumbo que podría tomar Morena en el corto plazo, pues si bien es cierto que uno de sus objetivos prioritarios era desaparecer del mapa al Partido Acción Nacional (PAN) y al Partido Revolucionario Institucional (PRI) muy pocos se imaginaron que este exterminio se iba a concretar por medio de la incorporación de sus adversarios a la causa guinda.

Ahora sí, parafraseando al célebre filósofo macuspano: Fuchi, caca.

 

Contacto.- www.lapoliticamedarisa.mx

alessandriniyazmin@yahoo.com.mx

Twitter / X: @yalessandrini1

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *