No se dejen engañar. La segunda temporada del reality show protagonizado por Samuel García Sepúlveda y su esposa, la influencer Mariana Rodríguez Cantú, es pan con lo mismo. Un guión reciclado (igual al que se utilizó para llevar a la gubernatura de Nuevo León al Niño Tec) salpicado de gags clasistas y un montón de clichés wannabes cuyo target principal es el electorado virgen (o sea, los jóvenes que van a votar por primera vez en su vida) y que aquí en México rondarán los 15-16 millones de habitantes.

Eso fue lo que a final de cuentas negoció en lo oscurito el veracruzano Dante Delgado Rannauro, el dueño absoluto de Movimiento Ciudadano (MC), con su gran cuate, el presidente Andrés López Obrador, para que la chaviza indecisa de votar el próximo 2 de junio se entretenga de aquí hasta el día de la elección. Un show cómico-mágico-musical que todos los días tendrá como eje central las peripecias de la “pareja real” montada en su lujosa camioneta eléctrica Tesla y calzando sus llamativos tenis de color naranja fosforescente.

De eso se trata esta telenovela que pertenece al género de la política ficción cuya trama no da para más.

Pero es perfecta para que millones de mexicanos adictos a las redes sociales (principalmente a Facebook, TikTok, Instagram y X) se mantengan enajenados, distraídos y alejados de las verdaderas problemáticas que tienen hundido al país en distintas crisis.

Samuel no tiene oficio ni estatura para ser presidente de la República. Ese es un puesto al que jamás podrá llegar. Él lo sabe, Mariana lo sabe, Dante lo sabe, Obrador lo sabe y todos lo saben. Pero como le encantan la simulación, la frivolidad y eso de ser trending topic o tendencia, por eso lo eligieron a él como esquirol electoral. Su misión será hacerle mosca al frente opositor. Y nada más.

Pero si a Samuel y a Mariana les amputamos ese escenario de fantasía y frivolidad para aterrizarlos en un entorno de distintas complejidades políticas y sociales como lo es el México actual, la realidad es que no tienen mucho que ofrecer. En poco más de dos años (menos de 25 meses si nos ponemos exactos), García Sepúlveda hizo realmente muy poco como gobernador de Nuevo León.

De hecho, deja a esta entidad sumida en varias crisis y al borde de la ingobernabilidad en varios aspectos: hay un desabasto tremendo de agua por todos lados, los asesinatos violentos se han disparado a niveles insospechados… Lo único que sabe presumir es la supuesta llegada de la megaplanta de Tesla en el estado y la cual está en veremos porque el Gobierno estatal no sabe si podrá cumplir con el requisito de construir la infraestructura que le demanda el gigante estadounidense propiedad del magnate Elon Musk.

Samuel y Mariana pronto van a tener un aterrizaje forzoso: cuando su campaña los lleve a lugares recónditos e inhóspitos, donde la marginalidad y las carencias son las constantes (Chalco, Coyuca, Chanal, San Simón Zihuatlán, Cochoapa el Grande, etcétera) se van a dar cuenta que sus likes, sus followers, sus hashtags, sus retuits y sus rutinas de stand up van a servirles de muy poco.

Se los aseguro.

 

X: @Yalessandrini1

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