Al interior del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) literal andan a la greña. Y el botón de muestra más nítido lo podemos tomar del más reciente escándalo que protagonizó quien fuera hasta hace unos días el presidente morenista en la Ciudad de México, ya que fue removido de su cargo por la alta cúpula guinda por atreverse a hacer una crítica que incomodó y ofendió a varios morenistas que se sienten los dueños de la verdad absoluta y, por ende, también se creen co-propietarios de Morena por el simple hecho de usufructuar la cercanía que tienen con el dueño y fundador de este partido que no es un partido: Andrés López Obrador.

A grandes rasgos, lo que ocurrió fue lo siguiente: Cervantes abrió la boca hace dos domingos durante la “conferencia chilanguera” que Morena realiza todos los fines de semana en el Congreso de la Ciudad de México. En un acto de honestidad, mientras informaba sobre el plan de formación de formadores (valga la rebuznancia), comentó que el partido guinda corría el riesgo de perder, en las elecciones intermedias de 2027, las alcaldías Azcapotzalco, Álvaro Obregón, Iztacalco y Xochimilco debido a que no se está haciendo el trabajo territorial adecuado.

Y, enseguida, ardió Roma…

Varios morenistas enardecidos pegaron el grito en el cielo por las palabras de su compañero de partido, quien es nada menos que uno de los artífices de la más reciente victoria morenista en la CDMX (donde ganaron nueve alcaldías). Se enojaron por el vaticinio de Cervantes y presionaron para que lo destituyeran de su puesto desde el pasado 4 de septiembre.

Y nada más por hacer una autocrítica al interior de su partido. Lo que hizo rodeado de sus compañeros de partido y sin prensa de por medio. ¿No que en Morena hay democracia y libertad de expresión? Sin embargo, lo que en realidad ocurre en el hoy partido hegemónicoes que hay morenistas de primera, de segunda y de tercera… El peso específico es distinto y también hay distintos rangos. Como en los ejércitos.

Además del vaticinio de Cervantes de perder alcaldías para las próximas elecciones intermedias, obviamente también calaron en la cúpula mayor de Morena, encabezada por Luisa Alcalde, las aseveraciones de que “en nuestro partido hay mucha gente que miente, que es corrupta y que no comparte los fundamentos del proyecto de transformación. Creo que el enemigo principal de Morena está dentro de Morena. Hay miembros que no respetan los principios de austeridad y honestidad” y también y denunció la infiltración de la ideología del “viejo régimen”, refiriéndose a priistas, lo cual afecta la estabilidad y los objetivos electorales de partido en el poder.

Y ante este contexto lo cierto es que no hay modo de aplicar un control de daños, pues estas palabras salieron del ronco pecho de un morenista. La crítica no provino de un panista, un perredista o un priista. Se trata de conceptos vertidos por uno de los suyos.

Por lo tanto no se trata de una crítica, sino de una autocrítica. Por eso les ardió tanto.

 

Contacto.- www.lapoliticamedarisa.mx

alessandriniyazmin@yahoo.com.mx

Twitter / X: @yalessandrini1