Integrantes de Ciencia Forense Ciudadana (CFC) y la Unión de Pueblos Organizados del Estado de Guerreo (UPOEG), quienes se han encargado de localizar los entierros clandestinos, recabarán a partir de hoy pruebas genéticas de los familiares que tengan víctimas desaparecidas en Iguala y municipios cercanos, a fin de crear una base de datos genéticos.

 

“En Iguala se han encontrado muchas fosas de la que dicen que no son los 43 estudiantes, pero en las que hay restos humanos y no sabemos quiénes son, pero para poder cotejar las pruebas necesitamos la base de datos de las familias que tiene desaparecidos. Es un trabajo arduo y de mucho tiempo, pero estamos iniciando en Iguala, donde estamos donando 500 muestras (de AND)”, señaló Julia Alonso Carbajal, activista e integrante de la CFC.

 

En entrevista con 24 HORAS, Alonso Carbajal reiteró que la denuncia de los familiares de desaparecidos como de integrantes de la UPOEG es que las autoridades han hecho caso omiso en la identificación de los cadáveres, pues carecen de personal forense, además de falta de voluntad para ubicar no sólo a los 43 estudiantes sino a todas las demás víctimas que hay en el país.

 

“Muchas fosas se abren y se vuelven a cerrar porque el estado no cuenta con el personal forense para extraer muestras y hacer el banco de datos, no tienen registro para cotejar con las familias y si lo tienen nosotros no lo conocemos. La UPOEG va y localiza las fosas, da el aviso, las autoridades las abren pero las vuelven a cerrar porque llegan los forense y dicen “ah luego regresamos”, acusó.

 

Cuestionada sobre los recursos que respaldan la conformación de esa esa base de datos la activista indicó que se trata de una donación de la organización de Gobernanza Forense, que obtuvo un premio de la Universidad de Durham y está conformado por un equipo que encabeza el doctor Ernesto Schwartz Marín, y que en una primera etapa contará con la donación de mil 500 pruebas.

 

Como este diario lo publicó este lunes, Julia Alonso aseveró que la sociedad civil organizada ha continuado con su labor en la búsqueda de más indicios y fosas donde podría haber restos humanos, y ahora también en la identificación de los mismos sin o con el escaso apoyo que reciben por parte del gobierno.

 

La identificación de desaparecidos “es muy esperanzador para las familias, porque, por ejemplo, mi hijo desapareció en Nuevo León pero nadie nos dice dónde pueda encontrarlo porque tanto en Iguala como en otros lados cuando se da un hallazgo se avisa al gobierno, pero ellos dicen que no hay personal para verificar quiénes son. Haya más de 24 mil desaparecidos y muchísimas fosas y nadie sabe de quiénes son, a qué familias pertenecen”, lamentó.

 

Otro aporte civil

 

Ciencia Forense es un proyecto creado por familias que tienen en común la desaparición de alguno de sus miembros. Desde septiembre pasado el grupo lo integran 20 padres y madres de desaparecidos y tres especialistas en medicina forense. A la fecha laboran en la identificación de restos humanos

 

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