Salvador, mejor conocido como El Pirata del Caribe, tiene ya 23 años preso, actualmente está en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún por varios delitos que se configuraron al robar más de tres millones de pesos del ferry que cruzaba de Cozumel a Playa del Carmen, pese a esas más de dos décadas, aún no sabe cuánto tiempo más debe purgar su condena, pues así como él, 67.14 por ciento de la población penitenciaria en Quintana Roo no tiene sentencia.
De acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Quintana Roo (SSC), a través del Portal Nacional de Transparencia (PNT), la población que hay en total, en los cuatro Centros de Reinserción Social (Cereso), de Quintana Roo, es de tres mil 765, de los cuales dos mil 528, no cuentan con sentencia, por lo que continúa abierto el proceso penal en su contra, y no saben cuánto tiempo tendrán que pasar en la cárcel.
Tal es el caso de Salvador N, quien es acusado de homicidio calificado, tentativa de homicidio, ataques a las vías generales de comunicación y robó de tres millones de pesos, delitos que se realizaron en 1999, cuando, junto con cuatro compañeros más, perpetraron uno de los robos más reconocidos de la Península.
La historia de El Pirata del Caribe se dió a conocer por la periodista Siaska Niño de Rivera, en su podcast Penitenciaen y, posteriormente 24 HORAS Quintana Roo, se puso en contacto con él por medio mensajes que le hicieron llegar sus familiares; ahí contó que era taxista en Cancún.
LA PLANEACIÓN
Salvador tenía unos amigos que atravesaban por momentos económicos difíciles, por lo que planeó ayudarlos por medio de un robo, luego de que un custodio de valores le propuso un negocio, el denominado más importante en su época, se trataba de robar los valores con ayuda de los custodios que irían a bordo del Ferry 1, que cruzaba de Cozumel a Playa del Carmen.
Para esto se trazó el plan, se rentó una embarcación, la cual sería conducida por uno de ellos, desde Playa del Carmen, y en medio de la travesía de Cozumel a Playa, los asaltantes saltarían a la embarcación ligera con el botín.
Parte del plan era que los custodios (quienes eran cómplices) serían arrojados al mar con chalecos salvavidas para que no hubiera sospecha; sin embargo, a la hora de abordar, uno de ellos fue cambiado por otro compañero.
Al final, el plan continuó, los asaltantes subieron al Ferry, hicieron el trabajo y lanzaron a los custodios al mar; no obstante, en el plan no estaba que uno de ellos perdiera la vida, (el que desconocía del operativo), Salvador refiere que tal vez sería porque no pudo con la presión que para él era real.
El plan continuó y los asaltantes lograron escapar con el botín de tres millones de pesos, todo repartido, se escondieron y quedaron de acuerdo con que se irían de Cancún, se perderían un tiempo para no ser atrapados hasta que las “aguas se calmaran”, -dijo- El Pirata del Caribe.
TODO IBA BIEN HASTA QUE…
Fue en Campeche, de donde es originario, que el 17 de agosto de 2001, a poco más de dos años del robo, que fue aprehendido y trasladado al penal de San Francisco Kobén, en esa ciudad, posteriormente fue trasladado a Villaldama, Veracruz, hasta que finalmente llegó a Cancún el 15 de junio de 2015, en donde actualmente está recluido y con un proceso sin resolver.
LA FAMILIA
Su hija, de quien por petición de Salvador nos reservamos el nombre, dijo en una entrevista telefónica que, su padre, lo único que busca es que se le dicte sentencia y que las autoridades retomen su caso, ya que es uno de los hombres con más años en esa condición en el penal y en el país.
“Mi papá se encuentra recluido desde hace 23 años, sin que hasta el día de hoy se le haya dictado una sentencia, y lo que busca, su objetivo es que sea escuchado y que se le dicte sentencia, lleva cuatro años sin actividad procesal, el Juzgado Cuarto de Distrito, claramente no ha hecho su trabajo, es por esto que nos damos a la tarea de alzar la voz y que la gente sepa, para que se pueda continuar con este proceso y que la gente que tiene que trabajar que lo haga”, expresó.
Por su parte, El Pirata del Caribe comentó que “la penalidad por homicidio calificado en función de lo que marca el Código Penal de Procedimientos Federales es de 30 años y de igual manera para la tentativa de homicidio, ahora bien, los cuatro coacusados que ya sentenciaron les dieron 60 años de prisión, la suma de penalidades por ataques a las vías generales de comunicación, homicidio calificado y tentativa de homicidio dan 84 años de sentencia, pero como a nosotros nos rige lo preceptuado por lo que señala la Constitución antes de la reforma judicial de 2008, no se nos puede dar más de 60 años, por lo que la sentencia se circunscribe a 60 años”, detalló.
Explicó también que no ¡buscan exoneración, sino que se le dicte sentencia para que pueda hacer uso de los recursos legales a los que tiene derecho, esto para solicitar el traslado a un Centro de Reinserción Social (Cereso) lo más cercano posible a su familia, en Campeche, además de tener la certeza de cuánto tiempo le resta recluido.
En Cancún, donde hay más internos con procesos sin resolver: SSC
De acuerdo con el informe obtenido por medio del PNT, y con información de la SSC de Quintana Roo, al 14 de octubre en los penales del estado hay dos mil 528 personas privadas de la libertad sin sentencia, de las cuales dos mil 346 son hombres y 182 son mujeres.
Tan sólo en el penal de Cancún, sin sentencia hay mil 511, de las cuales mil 351 y 160 mujeres; mientras que en el penal de Chetumal son 426 (404 son hombres y 22 mujeres); en Cozumel 84, todos hombres; y en Solidaridad 507, también todos varones; sin detallar, la persona que más tiempo tiene sin sentencia es desde 1996, por el delito de violación.
La persona privada de la libertad que tiene más tiempo recluido en el centro penitenciario
de Cancún tiene 50 años, lleva 28 recluido y le faltan 11 años de sentencia para compurgar.
También se informó que, la sentencia más larga es de 110 años, por varios delitos sexuales y de pederastia, la cual fue modificada y quedó en 60 años. Se trataría de Jean Succar Kuri.
Siete hombres de 18 años, son los que menor edad tienen y que están recluidos en los cuatro penales del estado, mientras que el de mayor edad es de 80 años y está en el Cereso de Chetumal.