Calacas por aquí, calacas por allá, todas colgadas en hileras, color barro, negro o blanco. Catrinas elegantes, garbanceras, altivas, estilizadas, como habitantes silenciosas de una comunidad que por mucho tiempo ha vivido del barro; es Capula que está de fiesta con la Feria de la Catrina 2025.
Pero no hay que equivocarse, no son esqueletos, lo que se puede ver en este universo artesanal es un homenaje constante a la vida, es la fiesta que causa asombro más a ajenos que a propios, es la manera en que toda una comunidad une un país que tiene una visión diferente de la muerte, pese a coquetear todo el tiempo con ella.

Es la edición 15 de la Feria de la Catrina 2025, la celebración más grande de los artesanos, la cual estará del 18 de octubre al 3 de noviembre.
A Capula hay que caminarla y quererla, hay que meterse a sus locales con fachadas pintadas de catrinas y catrines, apreciar el trabajo en barro con figuras de todos tamaños, formas y colores.
Tres artesanos recibieron reconocimientos del concurso Artesanal de la Catrina. El primer lugar en la categoría de Nuevos Valores Policromada para Elizabeth de la Cruz Torres; en el rubro Maestros Artesanos Policromada, el reconocimiento se lo llevó Guadalupe Arroyo Román, y el premio especial se le otorga a Juan Carlos de la Cruz Hernández.