El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco descubrió tres narcohornos en el rancho Izaguirre.
Foto: AFP | El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco descubrió tres narcohornos en el rancho Izaguirre.  

Expertos y colectivos de búsqueda coinciden en que los desaparecidos de la nueva central de autobuses de Tlaquepaque, son los mismos que reclutó el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y que fueron enviados al rancho Izaguirre, en el municipio de Teuchitlán, un centro de adiestramiento y exterminio parecido al campo de concentración de Auschwitz.

En este predio, el grupo Guerreros Buscadores descubrió tres hornos clandestinos, en los que supuestamente encontraron restos humanos calcinados, además de cientos de zapatos y prendas de ropa que, al parecer, pertenecen a las víctimas.

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En entrevista con 24 HORAS, Anuar García, presidente de SOS Capítulo Jalisco, detalló que en este inmueble en muchas ocasiones ponían a los reclutados “a pelear hasta la muerte” y el que sobrevivía podía aspirar a pertenecer al grupo delictivo; sin embargo, estas luchas también eran usadas para eliminar a las personas que dieran problemas, pues mataban a los dos.

Señaló que Jalisco se ha transformado en un vasto sitio de entierro ilegal. Destacó que hay más de 16 mil personas desaparecidas y que, cada semana, los colectivos de madres buscadoras descubren fosas clandestinas. Además, explicó que estos hallazgos no se incluyen en las estadísticas de homicidios, ya que se desconoce la fecha exacta en que ocurrieron los crímenes.

“NO VAMOS A DEJAR DE BUSCAR”

Sin excusas, el Gobierno de Jalisco continuará la búsqueda de restos de personas desaparecidas, incluso de otros estados, en el rancho Izaguirre, de Teuchitlán, e incluso sancionar omisiones de funcionarios del pasado, aseguró el mandatario estatal,  Pablo Lemus Navarro.

“Si la Federación está interesada en ser parte de las investigaciones, por supuesto que nosotros lo recibimos con los brazos abiertos, independientemente de que estos sucesos no fueron dentro de mi mandato, porque este rancho se descubrió (por primera vez) en septiembre”, afirmó.

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Reconoció que desde ese momento se debió realizar la investigación y posible localización de restos. “Yo creo que no se hizo la revisión completa del predio”. 

Lemus Navarro aseguró a colectivos de búsqueda de Jalisco y otros estados, que van a seguir apoyándolos. “No vamos a dejar de buscar”.

 

FALSOS TRABAJOS

Anuar García explicó que la delincuencia organizada superó a la administración de Enrique Alfaro Ramírez, que terminó hace poco más de tres meses.

Además de que en múltiples ocasiones se le señaló al mandatario que en la central de autobuses de Tlaquepaque “había una gran cantidad de jóvenes desaparecidos que llegaban con engaños de ofertas de trabajo y muchos otros llegaban con la intención de participar para el cártel; él dijo que esto no estaba sucediendo, que incluso las ausencias eran voluntarias”.

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Algunos sobrevivientes relataron que las personas privadas de su libertad han pasado por este y otros campos de adiestramiento, a donde llegan mediante engaños. Explicaron que allí las obligan a pelear hasta la muerte y que, tras varios meses, en algunos casos les permiten salir, aunque nunca regresan.

“LA ESCUELITA DEL TERROR”

Indira Navarro, integrante del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, aclaró que de acuerdo con los sobrevivientes, dicho centro tenía poco más de tres años en operación, pues los que estuvieron ahí le decían “la escuelita del terror”.

Asimismo, confirmó en entrevistas radiofónicas, que los elementos del CJNG los hacían “pelear entre ellos para ver quién tenía más fuerza”.

“Estaba horrible, muchos no aguantaban el adiestramiento o simplemente porque se quejaban, lo mataban”, explicó.

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“Dormíamos en el piso, no era suelo, una lona(...), éramos más de 200. Sí nos daban de comer y agua, se supone que nos pagaban, pero ahí mismo nos quitaban el dinero para la comida, para lavar la ropa, porque la ropa era de todos, ya no te pertenecía”, contó una de las víctimas a Navarro tras ser liberado.

La buscadora detalló que, cuando los reclutados sobrevivían, los ponían a prueba y los enviaban a Zacatecas y Michoacán para enfrentarse en combates reales.

 

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