El río Tamazula, que atraviesa Culiacán, presenta brotes de contaminación desde hace más de 20 años, pero recientemente se identificaron proporciones de microplásticos que pueden llegar a ser dañinos para el consumo humano, pues sus aguas son potabilizadas por plantas de tratamiento para actividades de la región.
En 2003 se identificaron los primeros problemas, diez años después se descubrieron residuos tóxicos y ahora microplásticos.
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Ante la problemática, el doctor Lorenzo Antonio Picos Corrales, profesor-investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), en entrevista con este medio señaló que hallazgo de los microplásticos se dio desde 2013, luego de estudios realizados por la UAS ante la preocupación por estudiar las aguas de dicho caudal.
Además, dijo que por los focos de polución y las condiciones que hay no han encontrado una cantidad “bárbara” de residuos, “pero entre uno y otro contaminante ya van haciendo que aumente la concentración, así ya podemos analizar qué tanto hay de fármacos residuales, de pesticidas, detergentes y, obviamente, se dispara esa concentración cuando los volúmenes de agua se bajan”.
Problema de infraestructutra en río Tamazula
Otro problema son las descargas al drenaje provenientes de plazas comerciales y negocios locales que van directamente al río, con detergentes, fibras de plástico y aceites, por lo que hay que concientizar a la población del daño que esto provoca.
También, explicó, “los contaminantes que hay ahora, y que antes no estaban, son residuos de pesticidas, de fármacos que provienen, por ejemplo, de algún establo ganadero y que por algún motivo terminan en el río o incluso el drenaje pluvial”.
BUSCAN ATRAPAR LOS PLÁSTICOS
Picos Corrales dijo que en el Laboratorio Ambiental de la Facultad de Ingeniería, “hemos hecho una formulación para generar un sistema floculante (proceso que utiliza agentes químicos) que atrape mejor el plástico, que se adhiera mejor y lo pueda remover (mediante) una parte del camarón”.
Señaló que han desarrollado experimentos con mezclas de químicos que reaccionan con el agua para optimizar el proceso y reducir la concentración del floculante inorgánico, que actualmente se usa en menor cantidad, así como del quitosano, una sustancia derivada de la cáscara de camarón que puede ser difícil de conseguir.
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Alertó que los habitantes y la demanda de agua aumentarán. Si disminuyen aún más los volúmenes de líquido de los que se disponen en el río Tamazula -que ya en este momento presenta sus niveles más bajos de 2025, según datos de Conagua- pues obviamente hay más polución; entonces, van a estar más concentrados los contaminantes, detalló el investigador.
“Sí puede llegar a afectar tanto la eficiencia de los tratamientos (de líquido) como en general la vida del ecosistema, y eso puede también encarecer la producción y, por lo tanto, los costos para los consumidores”, indicó.

Coeditora en la sección Estados en el diario 24 HORAS. Colabora en la redacción de notas y realiza entrevistas sobre temas de relevancia en los estados. Previamente se desempeñó como correctora de estilo