La presencia de microplásticos en cuerpos de agua del Estado de México (Edomex) ha encendido las alarmas entre expertos ambientales y científicos, por lo que investigadores del Instituto Tecnológico de Toluca han confirmado que la presa de Valle de Bravo, las Ciénegas de Lerma y el río Chalma presentan una alta concentración invisible a simple vista, pero potencialmente peligrosa para la salud humana.
De acuerdo con Javier Illescas Martínez, jefe de la División de Estudios de Posgrado e Investigación del Tecnológico de Toluca, se han detectado hasta 900 partículas de microplásticos en tan solo medio litro de agua de estos cuerpos acuáticos, contaminación no únicamente degrada el ecosistema, sino que se estima que el ser humano ya porta en su organismo el equivalente a una cucharadita de estas moléculas.
Dijo que la preocupación aumenta porque estos residuos plásticos no se disuelven, sino que se fragmentan con el tiempo por efecto del polvo, aire, agua y tierra.
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RIESGO DE CÁNCER Y SALMONELLA
Illescas Martínez detalló que con ayuda de la Inteligencia Artificial (IA), investigadores del Instituto Tecnológico de Toluca buscan determinar el tipo específico de plástico presente en cada región y, de este modo, evaluar tanto el impacto ambiental como sanitario.
No obstante, detalló que existe una alta probabilidad de que los microplásticos sean factores de riesgo para enfermedades como el cáncer y la salmonella.
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Además, actúan como portadores de otros contaminantes, lo que las convierte en una amenaza mayor, “pero se trabaja en técnicas avanzadas para interpretar los datos y emitir alertas tempranas sobre la presencia de estas partículas, con el fin de proteger al medio ambiente y a la salud pública.
“Cuando una botella de PET entra al agua, pensamos que se degrada, pero lo que realmente sucede es que se desintegra en partículas que no desaparecen y que, por su tamaño, pueden llegar a pasar desapercibidas incluso por los filtros convencionales de purificación”, comentó el investigador.
Lugares en Alerta
Uno de los puntos detectados más contaminados es el río Chalma, de alto valor turístico y religioso, agregó Javier Illescas; sin embargo, además de los microplásticos, su afluente contiene heces fecales, residuos alimenticios, velas, metales pesados y otros agentes tóxicos.
“El líquido de estos ríos ya no es potable. El costo de su purificación es altísimo y no garantiza la eliminación total de los contaminantes. Es urgente tomar conciencia del problema y actuar en consecuencia”.
El investigador llamó a la población a no considerar el agua un recurso inagotable, pues recordó que 97 por ciento de ésta en el planeta proviene de los océanos, y los glaciares que antes abastecían regiones como el Nevado de Toluca, ya han desaparecido por completo.
“Los microplásticos están invadiendo los cuerpos de agua del Edomex, lo que genera consecuencias aún difíciles de dimensionar. La ciencia ha comenzado a actuar, pero es tarea de todos frenar esta crisis ambiental antes de que sea irreversible”, concluyó.
