Con la mirada fija en alcanzar la justicia para su hijo asesinado, la madre anunció una recompensa de medio millón de pesos a quien proporcione información para dar con el paradero del principal sospechoso: Jorge Luis Villalón Torres.
Alexander Ramírez Ortiz, era un adolescente de 16 años, estudiante destacado en su preparatoria, en Lázaro Cárdenas, Michoacán, y activo en los quehaceres de la empresa familiar. Sin amenazas.
Sin embargo, la noche del 5 de junio de 2023, cuando se encontraba en compañía de su madre, dos jóvenes vestidos de negro atacaron al Alexander, al que dispararon en dos ocasiones en la cabeza y una más en el hombro, relató entre sollozos la madre del joven, Issis Nínive.
La teoría del crimen de la Fiscalía General del estado apunta directamente a un extrabajador de la madre: Jorge Luis Villalón Torres, por quien la Fiscalía ofrece 100 mil pesos de recompensa y que complementó la madre con una suma cinco veces mayor.
“Quiero mandar un mensaje a las personas. A todos los que se enteren de lo que le pasó a mi hijo, yo ofrezco una recompensa de 500 mil pesos, porque no es justo como murió mi hijo; él no era un delincuente”, dijo.
“Él no tenía nada que ver. No fue en un robo de vehículo, a mí no me dispararon. Jorge Luis Villalón Torres me amenazó, me dijo que se las iba a pagar, ¿cómo?, con la vida de mi hijo”, agregó consternada, triste, pero con valor, porque Issis Nínive está convencida en que logrará la justicia para Alexis.
EL ORIGEN DE LAS AMENAZAS
Isis Nínive es una empresaria dedicada al transporte de carga federal, que vio en el servicio de seguridad privada una oportunidad para expandir su negocio, fue entonces que por recomendaciones de conocidos llegó a contratar a Jorge Luis Villalón Torres, marino retirado, con experiencia y capacitación en seguridad.
“Yo le ofrecí de salario 7 mil semanales, con la oferta de que al ir creciendo ganaría más. Todo iba funcionando bien en la relación obrero patronal. Trabajó un año conmigo; sin embargo, de un momento a otro comenzó a pedirme cuentas, fue entonces que le aclaré que él era un trabajador, asegurado y con salario”, declaró.
El conflicto inicial fue porque al parecer José Luis N entendió que sin poner capital para la empresa de seguridad privada, sería socio, situación que supuestamente lo desquicio y comenzó con amenazas y agresiones.