Afectaciones por las lluvias en Poza Rica, Veracruz
Miguel Martínez Corona.

POZA RICA, Veracruz. “Quedamos bajo el agua y ahora bajo el lodo”, dice Maribel, habitante de la colonia Lázaro Cárdenas, luego del desbordamiento del río Cazones, que provocó una de las mayores devastaciones en el estado, como no se habían visto desde 1999.

A una semana de las históricas lluvias que cayeron sobre Hidalgo, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz, en este último los hogares que lo perdieron todo se cuentan por miles.

Fue durante la madrugada del 9 de octubre que la crecida del río golpeó con imbatible fuerza, dejando incomunicadas a miles de familias que tuvieron que subir a las azoteas de sus casas para poder salvaguardarse.

Según testimonios, el agua subió entre uno y 2.5 metros en cuestión de minutos, lo que apenas dio oportunidad a que unos cuantos evacuaran, mientras que otros, los que viven en cerca del río, vieran con temor y desconcierto como las aguas cubrían su patrimonio.

Al menos seis colonias continúan en emergencia y en sus calles anegadas en lodo se acumulan refrigeradores, sillas, mesas, ropa, enseres, salas completas y hasta peluches que, en más de una ocasión, quienes limpian confunden sobre si el pelaje será de un "lomito" muerto.

Entre los escombros se asomaba un olor a putrefacción, que ya no se sabe si es de un animal bajo los escombros o del agua estancada.

Para Guadalupe Hernández, habitante de la zona, es urgente que el Gobierno envíe más apoyo, pues asegura que el agua aún está en un nivel muy alto.

Reclamo al que se le sumó otra vecina, quien descargó su desesperación en un infante de Marina, reprochando que, en la inundación del 1999, para ese entonces el Gobierno ya les habían brindado apoyo.

En contraparte, Leonardo García dijo a 24 HORAS estar agradecido con el Ejército y la Marina, cuyos elementos les han ayudado en la limpieza de sus hogares.

La ciudad parece vivir dos realidades, la del día a día, pues la vida no se detiene, y la de la emergencia, dónde habitantes y elementos de las Fuerzas Armadas se enfrentan a toneladas de lodo, con el latente riesgo de contraer alguna infección.

En el municipio, la Armada tiene desplegados miles de efectivos, limpiando las calles, vigilando la zona y distribuyendo las despensas que llegan; el trabajo es tal que el personal naval mantiene turnos nocturnos.

Falta mucho por hacer y por reconstruir, pero los pobladores, cual árboles ribereños con sus raíces aferradas a la tierra, están dispuestos a levantarse.

Reportero de la sección México en el diario 24 HORAS. Con 10 años de experiencia. Cobertura de derechos humanos, política e investigación.

Fotoperiodista en el Diario 24 HORAS. Curse estudios en Sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México y Ciencia Politica en la Universidad Autónoma Metropolitana. La fotografía me ha permitido...