Sixto López Pérez, actual presidente municipal de Huehuetán, Chiapas, alguna vez fue un joven migrante que cruzó el desierto con apenas 13 años, una mochila al hombro y la esperanza de una vida mejor. Hoy, su sueño no está del otro lado de la frontera, sino en las montañas de Chiapas, donde cultiva café y planea instalar viveros de bagre y caracol para generar empleo y evitar que más personas intenten viajar a Estados Unidos.
El camino hacia esa estabilidad no fue fácil. Desde pequeño dejó su comunidad natal y se unió a la larga lista de chiapanecos que buscan cruzar la línea. Después de atravesar el desierto, logró establecerse en EU, donde pasó años trabajando en distintos estados como Carolina del Norte, Florida y Virginia. “Viví en el campo. Fui vendedor en el mercado durante muchos años. No me da pena vender”.
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En su juventud, tuvo que combinar dos trabajos para sobrevivir: por las mañanas manejaba el vehículo de una empresa agrícola y por las tardes se unía a las cuadrillas que cosechaban tabaco, tomate, chile, berenjena y naranja. “Ganaba dos sueldos: por manejar y por el corte. Pagaba la luz, lavaba mi ropa y mandaba dinero a mis papás”.
BUSCA FOMENTAR EL EMPLEO
Sixto López Pérez ahora busca transformar su experiencia en oportunidades para su comunidad. Además de mantener activa su finca cafetalera, impulsa proyectar viveros de bagre y caracol, con el objetivo de fomentar el empleo local y promover una alimentación más natural y sostenible.
Sixto se levanta a las 05;00 horas, toma una taza de café y lee versículos bíblicos antes de comenzar la jornada en el campo.“Vámonos, tenemos que ganarle al tiempo, porque a las 9:00 de la mañana tengo que estar en la presidencia municipal”.
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Desde Tapachula -donde nos encontramos- hasta Huehuetán hay aproximadamente 40 minutos de camino. En el trayecto, se puede ver el volcán Tacaná en el horizonte, mientras cientos de hectáreas de mango rodean este municipio.
Las personas se alistan para salir a trabajar. En la madrugada, cargan machetes, una vara de madera y un moral, donde llevan agua y alimentos. “Mi visión es que la gente tenga trabajo y consuma lo natural”.
CUIDAN EL MEDIO AMBIENTE
Mientras supervisa su finca, ubicada entre El Cantón y La Florida. El terreno, que adquirió hace varios años, está a 400 metros sobre el nivel del mar y cuenta con 52 hectáreas sembradas de café, donde actualmente laboran 70 personas. “Vamos a trabajar, dividir las cuadrillas para avanzar”.
¿Se ha encontrado algún venado por este rumbo? No sólo mis trabajadores -responde Sixto- porque en esta zona tratamos de cuidar el medio ambiente; a las cotorras las dejamos en los árboles.
Algunos trabajadores fumigan y otros siembran nuevas plantas.“Busco que la gente no emigre. Muchos prefieren irse a sufrir a otro lugar, pero aquí también se puede salir adelante”.
En su camioneta, lo acompaña su hija, quien también recuerda la importancia de trabajar con honestidad.
“Para llegar aquí fue un sacrificio, tanto para mí como para mi familia. Este puesto de presidente municipal es pasajero.Tengo que atender a la gente que llega a pedir ayuda a la presidencia", asegura mientras maneja.